Todos los Santos
Las 'Rifes de la Confitura' reparten dulces y licores al grito de «y va bola»!
En torno a 20.000 personas habrán visitado estos días el cementerio de Reus, donde el Ayuntamiento homenajeó ayer a todos los difuntos con una ofrenda floral
Como cada día de Todos los Santos, en la ciudad de Reus se celebró ayer jueves la tradicional Rifa de la Confitura, el acto que reparte dulces y bebida a los participantes, al ritmo del sonido del bombo girando y del grito de «y va bola!». Este año, la ciudad pudo disfrutar de tres rifas, el Orfeó Reusenc, como cada año, acogió su tradicional rifa, también se hizo en la Sala Santa Llúcia, que la celebra tradicionalmente, y la otra, tuvo lugar en el Centre d'Amics de Reus, ya que esta entidad, que ya lo había organizado en el pasado, decidió recuperar esta iniciativa típica del día de Todos los Santos, en el que con el sorteo hecho con el bombo, de manera manual, se reparten obsequios entre los asistentes. Varias personas pudieron llevarse panellets, fruta confitada, vinos, licores u otros obsequios, con el sorteo popular de la Rifa de la Confitura, que en las dos localizaciones se celebró desde las doce del mediodía hasta la noche, parando unas horas para ir a comer.
Este acto, muy popular en la ciudad, consiste en un sorteo manual, en el que se va sacando una bola del bombo, que van numeradas del 1 al 20, al grito de «y va bola»!. También es tradición, que en algunas de las rifas, aquellos que no se consideran afortunados en los juegos de azar, puedan comprar algún tipo de abono, que les permite poder escoger alguno de los lotes que se sortean, aunque esta opción no tiene tanta gracia, como conseguir los dulces por medio de la suerte.
Hijos ilustres
Por el Cementiri General habrán pasado, a lo largo de los últimos días y ayer, cerca de 20.000 visitantes para ofrecer un recuerdo a las personas queridas. Los difuntos que descansan recibían este día 1 de noviembre a primera hora de la mañana el tradicional homenaje por parte del Ayuntamiento, a través de la ofrenda floral a los hijos ilustres encabezada, una vez más, por el alcalde de Reus, Carles Pellicer. Los hijos ilustres y adoptivos enterrados en el cementerio son Ceferí Olivé, Romà Perpinyà y Albert Vilalta, en el panteón de los Hijos Ilustres; y Joan Rebull, Antoni Pedrol Rius, Carles Martí Massagué, Josep Andreu Abelló, Joan Busquets Crusat, y Josep Laporte en otros puntos. Serveis Funeraris Reus y Baix Camp ha ampliado el horario del recinto coincidiendo con las fechas próximas a Todos los Santos y, ayer, ofrecía servicio de transporte público gratuito para desplazarse, a través de la Línea 35 de bus. La semana pasada, había organizado las visitas nocturnas al cementerio, que suscitan particularidades del patrimonio reusense y acercan la historia de la ciudad a los que participan en los diferentes pases, que acaban de alcanzar la primera década de historia.
El toque ‘de pan y nueces’
A partir de las ocho de la noche, los Campaners de Reus repicaron manualmente el tradicional toque de pan y nueces, el toque de difuntos más sobrio. El toque de pan y nueces se llama así en clara referencia al sonido emitido por las dos campanas: «la de Sant Jaume se come el pan y la de Sant Pau rompe las nueces», se decía popularmente. Ahora se hace con las campanas de Sant Pau y Misericordia. Era el toque para los difuntos de cuarta categoría.