La CUP se enfrenta a Cs por la denuncia contra Quadrada y abandona el pleno
El duro intercambio de acusaciones entre ambos grupos municipales obliga a hacer un parón en la sesión, que continuó 30 minutos más tarde con seis escaños vacíos
Los concejales de la CUP abandonaron ayer el salón de plenos del Ayuntamiento de Reus, celebrados sólo diez minutos de sesión, después de intercambiar acusaciones y reproches con el grupo municipal de Cs. La portavoz cupaire, Marta Llorens, había utilizado el inicio del turno de palabra, en el debate sobre la aprobación de la Carta de Servicios de la Oficina Municipal de Escolarización, para lamentar la situación de Mariona Quadrada, detenida por la mañana y trasladada a los juzgados donde se acogió a su derecho a no declarar en una denuncia de odio impulsada por la formación naranja. En un momento de la intervención, Llorens apuntó que «llevamos cuatro detenciones y este pleno no es ni será normal» y se dirigió a los concejales de Cs para preguntar «qué buscan interponiendo denuncias»?. El alcalde, Carles Pellicer, pidió a la cupaire que se ciñera al punto –el quinto del orden de día–, momento que la concejala de Cs, Pepa Labrador, aprovechó para intervenir diciendo que «aquí, si hablamos, hablamos todos». El alcalde ordenó un parón y, después de que Labrador y Llorens se tildaran mutuamente de fascistas, la CUP se marchó. El plenario, que Pellicer había arrancado «celebrando que todos podamos estar aquí», se reanudó 30 minutos más tarde y una vez los portavoces de los diferentes grupos –ya sin la CUP–, reunidos sobrevenidamente en junta, acordaron «rebajar el tono».
Durante el parón, y camino de la puerta del palacio consistorial, los concejales cupaires comparecieron para verbalizar que «nos hemos visto forzadas a abandonar el pleno», en una decisión que el grupo explicaba como «resultado del hecho de que tenemos un gobierno que no se sabe posicionar». «Esta es una evidencia, otra vez, que Pellicer no toma partido a la hora de señalar y condenar el fascismo que tenemos en las instituciones y en la calle», apuntaba a Llorens, que reiteraba la «crítica al gobierno de PDeCAT, ERC y Ara Reus, con dos partidos independentistas que no se han pronunciado firmemente sobre la denuncia encabezada por Ciudadanos contra una de nuestras concejalas».
Desde las escaleras del Ayuntamiento, Llorens se dirigía directamente al alcalde para decirle que «de una vez por todas, tiene que tomar partido. No puede ser tolerante con el fascismo. No se puede mostrar neutro en cualquiera de los casos donde haya un opresor». «Lo hemos defendido siempre, cuando él mismo ha sido denunciado. Y la neutralidad es admisible ante estas acciones de confrontación social que generan los partidos fascistas y de ultraderecha como Ciudadanos, Vox o Somos Identitarios», recordaba la portavoz cupaire. Llorens explicaba que «esperábamos que, en un día como hoy, el gobierno hiciera un posicionamiento público ante la denuncia a nuestra concejala. Sin embargo, cuando Pellicer ha parado el pleno es porque se ve entre la espada y la pared. Y tiene que tomar partido».
«No puede ser que, un día, concejalas de su gobierno estén al lado de las víctimas, haciéndose fotos en la prisión de Lledoners, y otro día se fotografíen en un acto de FCC con Ciudadanos», añadía Marta Llorens. La portavoz de la CUP insistía que «no podemos estar con unos y con los otros, no se puede estar con las víctimas y con los verdugos. Al final, la tolerancia revierte contra nosotros».
«Pedimos una disculpa»
Finalizado el pleno, el portavoz de Cs, Juan Carlos Sánchez, rebatía Llorens en rueda de prensa y explicaba que «es mentira lo que dice a la CUP» y que Mariona Quadrada «no ha sido detenida por culpa de Ciudadanos, sino sólo por no responder a dos citaciones judiciales», aunque Cs impulsara la denuncia. Sánchez avanzaba que el lunes pasado, cuando Quadrada fue llamada por primera vez al juzgado de instrucción número 2 de Reus, «también lo fuimos yo mismo, la concejala Pepa Labrador y el concejal Guillem Figueras, y fuimos». Y desvelaba que «cuando nos preguntaron qué solicitábamos» en el caso, «dijimos que simplemente una disculpa». Disculpa, esta, que «no se ha llegado a producir y que si hubiera tenido lugar antes nos habría hecho retirar la denuncia».
Sánchez precisaba que la causa vinculada al 3-O y donde está siendo investigada Quadrada por un presunto delito de incitación al odio «se archivó y no hemos sido nosotros quien ha pedido que se reabra». Y exponía públicamente el relato de los hechos que la originaron: «El 3-O hubo una manifestación de unas 3.000 personas que salió del Mercadal. Nosotros estábamos subiendo desde el Carrilet y ella –Quadrada– en la intersección entre la calle Jesús y el raval Martí Folguera nos identificó. Vio primero a Pepa, y la señaló llamando Ciudadanos, asesinos, asesinos. Pasé a su lado, la miré a los ojos y le pregunté por qué lo hacía, qué buscaba». Por eso, añadía Sánchez, «si dice que los hechos que denunciamos son falsos, miente».
El portavoz de Cs aclaraba que aquella «no era una manifestación normal sino el 3-O, con unos ánimos determinados» y que «realmente, al menos yo tuve miedo». Y decía que, con los gritos que pone en boca de Quadrada, la concejala de la CUP «puso en peligro nuestra integridad física porque, entre 3.000 personas, puede haber un loco que no mida las cosas». «Aunque en la CUP quieran parecer las víctimas, las víctimas hemos sido nosotros. Y tenemos que aguantar insultos de personas a quienes no hemos hecho nada», concluía Sánchez.
Pellicer apela al ROM
También al acabar la sesión, y a preguntas de los periodistas, el alcalde de Reus, Carles Pellicer, valoraba que «los plenarios tienen que ser otra cosa» y que «se tiene que hablar de ciudad». «He decidido hacer un parón para que los ánimos bajaran y poder reanudar», añadía, y decía que «el gobierno y yo mismo siempre hemos dado bastantes muestras de hacer compatible la libertad de expresión con el respeto a los otros, la orden y la convivencia». Pellicer aseguraba ser «consciente de la situación» con respecto a la citación y detención de Cuadrada y explicaba que, «por eso, desde primera hora de la mañana me he interesado por lo que estaba pasando». «Habría dejado hablar a la CUP si se hubiera hecho de otra forma y se hubiera pedido de una manera correcta, siguiendo el orden del día», concluía el alcalde, que invitaba a «respetar el turno de palabra y hacer uso del ROM. No es de recibo saltarse el orden del día ni faltar a las indicaciones del alcalde cuando dice que no toca hablar».
En un comunicado, desde el grupo municipal del PP el portavoz Sebastià Domènech calificaba de «lastimoso» lo que considera un «espectáculo en el plenario» y decía que «los reusenses no se merecen que algunos representados políticos no se preocupan de los problemas reales de nuestra ciudad» a la vez que denunciaba la «instrumentalización del plenario que hace la CUP». El PSC, desde su perfil en Twitter, lamentaba «el espectáculo que hemos vivido en el salón de plenos» y decía que Reus no se lo merece.