Marta Llorens: Candidata de la CUP a la alcaldia de Reus
«Con uno o con seis concejales, nuestro motor es estar al lado de la gente»
Una comisión trabaja para perfilar la lista cupaire mientras todos los actuales ediles están abiertos a repetir
—¿Cuál es su proyecto como candidata?
—En un inicio, en la CUP no hablamos de candidata sino de una portavoz de un proyecto. Y el proyecto de la CUP es una alternativa confrontada en el modelo de ciudad que hay ahora y donde, básicamente, estén las personas en el centro de las políticas públicas.
—La figura de David Vidal marcó una etapa importante. ¿Es complicado relevarlo?
—Ahora ya no. Sin embargo, en su momento, para mí no fue un proceso fácil. En el mandato anterior, estaba sólo David, con Xavi Milian como asesor, y trabajaron un tema contundente como Innova y la corrupción en la sanidad. Eso hizo que David tuviera mucha referencialidad. Cuando entramos el resto de compañeras, la asamblea consideró que yo podía hacer el relevo. Sin embargo, cuesta por esta referencialidad y porque, como Marta, la gente no veía un bagaje en mí. Ahora, en la asamblea me volvieron a escoger y es diferente. El protagonismo está más repartido entre las concejalas.
—La formación contribuirá a las elecciones en solitario. ¿Por qué no añadirse las 'Primàries'?
—Si nos presentábamos con 'Primàries', perdíamos nuestra esencia de confrontar modelo. Además, todavía no se ha dado a conocer ningún proyecto de ciudad de Primàries. ¿Cómo legitimamos una idea así sólo con el brazo nacional? Si se nos hubiera planteado qué piensan del Hospital, de la internalización de servicios, de los procesos de participación... Quizás habríamos dicho que no, pero que lo habríamos visto de otra manera.
—¿La CUP tiene todavía capacidad para crecer en concejales o ha tocado techo?
—Si hablas de techos, entonces piensas como los otros partidos. La CUP no tiene necesidad electoralista de pensar en cuántas concejalas tendrá. Surge de la izquierda independentista. Si la CUP tiene uno, dos o seis concejales, nunca perderá de vista que el motor que la hace seguir tirando es el de estar al lado de la gente. ¿Hemos llegado a un tope? Quizás sí o quizás no. El próximo Ayuntamiento quizás será un abanico mucho más complicado que obligue a diferentes alianzas.
—Su reglamento sólo permite ocho años como concejala y lleva cuatro. ¿Eso la condiciona de alguna manera?
—Es un proceso vital con fecha de caducidad y se ve como otra manera de hacer lucha y de vocación de servicio público, pero no me la hace considerar ni más ni menos que el trabajo que hago de profesora de adultos. Hay otras cosas que me conforman como persona. Creo que nadie tiene que vivir de hacer política institucional.
—¿Cómo ha sido la relación con el gobierno este mandato?
—No ha habido ninguna relación. Es un gobierno en minoría que actúa como mayoría. En 2015, nos abstuvimos a los presupuestos. De los acuerdos a los que llegamos (los señala, colgados en la pared del despacho de la CUP), se han cumplido siete u ocho, y no los que eran importantes. No podemos ir con el lirio en la mano. Hubo un punto de inflexión donde pasamos a la oposición de confrontación.
—¿Cuáles serán, ahora, las líneas rojas?
—¿Y cuáles son las líneas que están dispuestos a pasar los otros partidos para que la CUP pueda gobernar? Con Ciutadans, las relaciones están rotas. No pactaríamos con el opresor. Con el PP, igual. Si algún partido nos explica su proyecto sobre el hospital, sobre la internalización o la participación ciudadana, quizás la CUP empezará a trabajar.
—¿Qué piensan de la configuración del consorcio del Hospital? ¿Se hará realidad?
—No tenemos conocimiento. La CUP cree en un acceso a la salud universal y gratuito, para todo el mundo. Se dice del sistema sanitario catalán que hay una falta de financiación y no es así. Si el gran pastel de presupuesto sanitario no lo tuviéramos que dividir, entonces no habría problemas. La sanidad tiene que estar gestionada de manera directa desde la Generalitat.
—¿Y del traslado del CMQ?
—No lo consideremos. No hemos entendido nunca que una empresa pública dé un servicio privado. Ni como un Ayuntamiento se embarca en unas obras así sin hacer ningún estudio de competencia. ¿Seguirá teniendo la misma actividad el CMQ cuándo el nuevo consorcio no admita la actividad privada?
—¿La ordenanza de animales cumplirá sus objetivos?
—No. Se ha quedado muy a medias. Y nosotros llevamos una ordenanza alternativa, elaborada a través de un análisis de otros. Dani Rubio nos dijo que habíamos hecho un Ana Rosa Quintana y no es así porque las ordenanzas no tienen propiedad intelectual, son marcos reguladores.
—¿El ROM es necesario?
—Es infinitamente necesario. Tenemos un reglamento de participación de 1986 y uno ROM del 2000. Hasta ahora eran dos compartimentos estancos y tiene que haber un espacio donde confluyan si queremos que los plenos se abran en la ciudad. Hoy, sólo puedes registrar una pregunta o un ruego si eres una entidad y si has recogido 150 firmas.
—Se han opuesto duramente a la prórroga de presupuestos y ordenanzas fiscales.
—El gobierno no es consciente de que la CUP nunca irá a pactar miserias. Pensar eso es ser un iluso. El gobierno se ha visto ligado de manos y pies y, estratégicamente, las dos mociones de confianza que podía hacer Pellicer las ha hecho dos años atrás. Si son un gobierno dialogante, tenían la obligación de haber hablado hasta el último punto del presupuesto.
—La pancarta por los presos trae cola. ¿Cómo valoran el uso que se está haciendo?
—Cuando veo imágenes de gente encapuchada como si hubieran robado el gran símbolo, es anecdótico. La anécdota es preocupante cuando lo trasladamos a que Ciutadans, formaciones españolistas, les dan alas y sacan rédito. Y también cuándo no hay un posicionamiento firme del alcalde. El alcalde tiene que saber que es alcalde por unos votos, pero no es el alcalde de todos. Tiene que asumir que él forma parte de un partido con unos ideales independentistas.
—Cómo será la lista? ¿Estarán los actuales concejales?
—Hemos creado una comisión de listas para valorar qué criterios tiene que tener una lista para asumir el próximo mandato. A partir de aquí, se hacen votaciones. Nadie se postula. Y la disposición de repetir la tienen todos los concejales.
—Las imputaciones han llevado a alguien a retroceder? ¿Cómo se resolverán?
—No. A nivel personal, pienso que estos procesos se resolverán en relación a los casos mayores. La experiencia no es nada agradable. Fastidia mucho que, por no hacer nada y por desahogarse en un ideario, amparándose en la libertad de expresión, se abra una causa.