Enseñanza
Bargalló denuncia una «persecución» contra la Escola Marià Fortuny
El conseller destaca el «trabajo excelente» de este centro reusense «de primer nivel» después de la polémica por el uso de la lengua
La Escola Marià Fortuny «no es la primera vez que, de manera injusta, sale en las portadas de ciertos telediarios del Estado y en las páginas de ciertos medios del Estado y sale acusada de ciertas cosas» a pesar de resultar «un centro de primer nivel, de un trabajo excelente, que resuelve la alta complejidad a través de una profesionalidad extraordinaria de su profesorado y que no se merece la persecución que» está «teniendo». Son palabras de Josep Bargalló, conseller de Enseñanza, que posicionó este martes, 20 de noviembre, en la Comisión de Enseñanza del Parlamento sobre el uso de la lengua a Marià Fortuny, a raíz de una pregunta formulada por el grupo de Cs y que pedía «los motivos por los cuales el cuadernillo informativo del inicio de curso –del mismo colegio– obvia una de las lenguas oficiales y trata el español como una lengua extranjera».
La interpelación venía dada por la polémica surgida sobre en el redactado de la guía que el centro entrega a los padres y madres de alumnos y que detallaba que «si no habláis o entendéis el catalán hace falta que asistáis a la entrevista –con los maestros, cuando quieren mantener una– acompañados de una persona que pueda traducir». La dirección de la escuela ya aclaró, todavía en septiembre, que, con la recomendación, lo que quería era hacer referencia a los «padres de origen magrebí que no hablan catalán ni castellano» y concretaba que «el 90% de las reuniones con tutores se hace en castellano» ya que la presencia del colectivo se corresponde «con la mayoría de padres» y porque «hay familias castellanohablantes que lo prefieren». Cs también ha llevado una pregunta en este sentido al Congreso, todavía pendiente de respuesta.
«Les falta un traductor»
Bargalló precisaba el martes que Marià Fortuny es «una escuela de alta complejidad, con un tanto por ciento altísimo de matriculación de alumnos de origen magrebí los padres y madres de los cuales «no «saben» catalán ni castellano de los cuales», y que «lo que decía el cuadernillo, mal redactado» es «que atenderían los padres y madres en árabe pero que les falta un traductor». «La mayoría de reuniones se hacen en castellano o se hacen en traductor del árabe al castellano», añadía el conseller de Enseñanza. En la intervención, hacía referencia al hecho de que el colegio «es lo mismo de un fake que corría por whatsapp acusándolo de dar clases obligatorias en árabe» y decía que la Escuela Marià Fortuny «ya ha recibido varias acusaciones falsas».
El conseller recordaba también, en respuesta a la pregunta trasladada por la diputada de Cs Sonia Sierra, que «esta escuela se equivocó con la redacción y la dirección de la escuela lo dijo y por eso «pido el mismo respeto por esta escuela que por la concertada que colgó en su Facebook un artículo a favor de un partido del 155 y que todos hemos entendido que un error es un error y hemos entendido que se solventa». E insistía en que la «persecución» contra Marià Fortuny «empezó con un fake, con una cosa completamente falsa, y ha continuado con otros aspectos».
En términos generales, Bargalló aclaraba, en el marco de la Comisión de Enseñanza del Parlamento, que «en una reunión de padres y madres, cada padre y madre tiene derecho a hablar en la lengua que quiera de las oficiales y ninguna madre o padre puede obligar los otros». «Le aseguro», proseguía dirigiéndose a Sierra, «que es más habitual pasarse a castellano por peticiones que pasarse al catalán». Contestando de manera precisa a la pregunta de Cs, el conseller decía que «todo el Departamento vela y velará para que a todo padre y madre se le respeten los derechos lingüísticos, y eso empieza por la no imposición a otros padres y madres». Bargalló rechazaba, pero comprometerse explícitamente «a que cualquier familia que pida que se haga la reunión o la entrevista en español tiene derecho», tal como quería Sierra, y apuntaba que «cualquier padre y madre tiene derecho a que se le respeten sus derechos lingüísticos y no tiene derecho a imponerles».