Vecinos y políticos tiran de su repetori más solidario en la IV Gala de la FAVR

Integrantes de tres grupos municipales, tres entidades invitadas y trece asociaciones de vecinos subieron ayer al escenario de un Teatro Fortuny con invitaciones agotadas para participar en la IV Gala Solidaria de la Federación de Asociaciones de Vecinos (FAVR). En total, cerca de 170 personas que volvieron a hacer realidad esta cita que suscita talentos ocultos por una muy buena causa: recoger juguetes, al menos una por cada entrada, que serán entregadas coincidiendo con la Navidad en familias en riesgo de exclusión siguiendo el protocolo de Servicios Sociales. Algunas de ellas ponían en valor, al presentar al público su espectáculo, las «largas semanas de ensayos» y las grandes dosis de humor que acompañaron la preparación de esta cita ya fija al calendario solidario.

Este año, la organización había limitado la participación de formaciones políticas para evitar convertir el acto en una oportunidad de cara a las municipales del 2019. Sólo pudieron ser, entonces, PDeCAT, PSC y PP, los que ya habían actuado en la edición anterior. Los socialistas, encabezados de nuevo por Andreu Martín, fueron los encargados de abrir la gala –con una gran aceptación por parte del público– al ritmo de Raphael y la mítica Mí grande noche, antes de que Tona Duch (PP) luciera su voz en vivo atreviéndose con el clásico El fantasma de la Ópera. Martín mostró, una vez parada la música, el deseo «de que esta noche especial lo sea para todos los niños». Por parte del PDeCAT, la concejala de Cultura, Montserrat Caelles, tampoco falló y escogió Liza Minnelli e hizo sónar Cabaré. En el 2015 ya había apostado por la misma artista, en aquella ocasión con New York. El Corazón|Coro Alma Rociera, el Coro Mezcla de Raíces y el Centro Cultural de Andalucía también actuaron.

La «obligación» de ayudar

Sólo arrancarse los focos, el presidente de la FAVR, Valentín Rodríguez, había ofrecido un breve parlamento donde recordaba el espíritu de la Gala Solidaria y lamentaba que «la situación económica de muchas familias todavía hace necesarios actos como el de hoy. Me gustaría pensar que un día no será así. Sin embargo, tenemos la obligación de ayudar a los que lo necesitan y mantener viva la ilusión de los más pequeños». «A las asociaciones de vecinos no nos puede la desidia y nuestro compromiso con la ciudad es de futuro», añadía Rodríguez.