Urbanismo
Apuntalan el edificio donde se hundió un tramo de escalera en la calle Tetuan
La madre y la hija que vivían allí de alquiler continúan realojadas y los trabajos resolverán si se puede volver
Los trabajos de apuntalamiento del número 17 de la calle Tetuan empezaron ayer, tal como detallan fuentes municipales, después de que la noche del sábado se hundiera el tramo de bóveda de una escalera. El derrumbe, que no dejó heridos, movilizó cinco dotaciones de Bombers de la Generalitat y efectivos de Guardia Urbana y del SEM. Y obligó a realojar de urgencia a una mujer y su hija menor de edad, las dos únicas personas que vivían de forma legal en el edificio, como inquilinas y mediante un alquiler.
Durante el fin de semana, y una vez el arquitecto municipal se personó también en el lugar, se decretó que el inmueble no resultaba habitable. Las mismas fuentes precisan que la mujer y la niña continuaban ayer en una ubicación temporal mientras el apuntalamiento avanza y se determina si podrán volver pronto a su casa o bien si el edificio requerirá una intervención de alcance más amplio. Esta cuestión tendría que aclararse a lo largo de las próximas horas.
La mujer realojada, Fátima, explicaba este domingo a Diari Més de lo que «hacía tiempo que teníamos goteras por donde el agua chorreaba en grandes cantidades, tanto si llovía como si no, pero habíamos pedido muchas veces al dueño o a la inmobiliaria que nos lo arreglaran y siempre nos daban largas». Parte del edificio, de tres plantas, colapsó el sábado a las nueve y media de la noche. La mujer pide asesoramiento de los Servicios Sociales para acceder a un alquiler bajo porque «no podemos permitirnos pagar más que los 300 euros que nos cuesta este piso».
Presencia de ocupas
Aparte de la madre y la hija, vecinos del entorno apuntan que habían notado circulación en el interior del edificio, donde en principio no habría ningún inquilino más instalado de manera regular. Hablan, en concreto, de jóvenes que accederían a la planta superior, que sería propiedad del banco. Por eso, está la posibilidad de que dentro del bloque hubiera también ocupas, que en el momento del derrumbe no estaban. En septiembre, el interior de una vivienda en la calle Sant Magí también cedió, y ha habido casos recientes en el barrio del Carme.