Las familias acampadas desde el miércoles a la calle quieren una reunión con el alcalde

El grupo de personas que, el miércoles, accedieron a un bloque de pisos vacío en Mas Iglesias y fueron desalojadas por los Mossos de Esquadra continúan acampadas en las puertas del número 1-I de la calle Pau Gargallo mientras esperan «una solución». Hoy hará seis días que las familias, que serían seis, duermen en el raso.

Lo hacen «por turnos, para poder aguantar el frío» y bajo la vigilancia de la Guardia Urbana –que ha destinado una patrulla las 24 horas para evitar un nuevo intento de ocupación del edificio, como hizo a Joan Coromines- y de seguridad privada de la propiedad del inmueble. Algunas de las familias proceden del 35 de la calle Sant Magí, donde en septiembre se desprendió una viga, y otros atraviesan procesos de desahucio o no disponen, dicen, de recursos para procurarse un hogar. El activista Jorge Fernández, vinculado a la Plataforma de Afectados por la Vivienda Pública y Social (PAVPS) y en Cambrils, explica al Diari Més que la propiedad de la promoción de viviendas preveía empezar a enseñarlos mañana y que, por eso, intenta desmantelar la acampada. Fernández reclama una reunión con el alcalde de Reus, Carles Pellicer, «para que haga cumplir la ley y dar al alquiler social al menos un 10% de los pisos del circuito».

Multa por orinar en la vía pública

El activista lamenta que «nadie de servicios sociales ni del Ayuntamiento se ha pasado por aquí ni se ha interesado por las familias» pero la policía local sí que ha abierto un expediente de multa contra él mismo para orinar a la vía pública «a las siete de la mañana cuando no había nada abierto ni lavabos y después de pasar la noche en la calle». «No abandonaremos hasta que encontramos una salida», dice, y puntualiza que esta «no tiene que resolver sólo la situación de las seis familias, tiene que ser global porque hay mucha gente necesitada». Fuentes municipales precisaron la semana pasada que «no tenemos constancia de ninguna ocupación producida sino de que ha unas personas delante del bloque que amenazan con ocuparlo» y que, por eso, el caso se está abordando como «una protesta». Y que «servicios sociales han atendido a todas las personas que han ido». La Urbana identifica a todo el mundo que se acerca al 1-Y de Pau Gargallo, también el fotógrafo de este rotativo que ayer tomaba imágenes de la acampada.