Jaume Margalló, presidente de la Asociación de Cerveceros del Baix Camp, ACBC
«Queríamos hacer una cerveza muy 'de aquí', que fuera una cosa nuestra, de Reus»
La Asociación de Cerveceros del Baix Camp ha presentado la cerveza Donzell Biermut, la primera artesana hecha en Reus con aromas de vermú
—Cómo se gesta la idea de hacer una cerveza artesana vinculada al vermú?
—Una de las ideas de nuestra asociación, que teníamos en la cabeza de hace tiempo, era hacer una cerveza que fuera muy de aquí, no tanto para competir con otras marcas, sino para que fuera una cosa nuestra, de Reus, que está donde nació la entidad. Esta ciudad ha sido relacionada con el vermú desde hace muchos años y, además, el vermú ha sido una bebida que nos ha abierto las puertas a fuera.
—La cerveza es fruto del trabajo con uno elaborador, Isaac Beltran.
—Sí, la encargamos a un cervecero, Isaac, que tiene una empresa denominada Reptilian en el Vendrell y hace productos un poco experimentales y diferentes. Nos dijeron que tenía una botella de cerveza que había madurado seis meses en barrica de vermú, y nos la dio para que la probáramos. La probamos y nos gustó, incluso a mi mujer, a quién no le gusta la cerveza. Después hablamos con Vermuts Miró y la idea les gustó desde el primer momento, así que nos cedieron botánicos de vermú para añadirlos a la receta.
—Así nació Donzell Biermut. ¿Qué tipo de cerveza es?
—Es una Amber Ale sazonada, de 7,3 grados de alcohol y tiene 13 IBU, que es la referencia de amargura. El ideal es servirla a una temperatura de entre 8 y 10 grados, es decir, sacarla con 6 grados y que poco a poco se vaya calentando en la copa, ganando cuerpo y aromas a medida que va cogiendo temperatura. Cuando lo hueles, quizás dirás que estás oliendo vermú, pero la probarás y no será dulce como el vermú, porque los únicos azúcares que tiene son los de las maltas que se quedan en suspensión, de aquí esta dulzura que se nota cuando se bebe.
—Esta es la primera cerveza artesana de la Asociación de Cerveceros del Baix Camp, una entidad que nació el año pasado. ¿Con qué objetivos?
—El ACBC surgió para|por un grupo de amigos apasionados por la cerveza, con la intención de promover la cultura de la cerveza artesanal. Pensamos que es un producto que está viviendo un boom, y que le pasa lo que sucedió con el vino hace quince o veinte años. Entonces, la gente tomaba vino de mesa y prácticamente no conocía las diferencias. Poco a poco, fue sabiendo diferenciar un vino de otro, y saber qué tipo de vino quería. Con las cervezas pasa una cosa similar. Ya empezamos a ver que no es sólo aquel producto tipo Lager que nos venden las marcas industriales, sino que puede tener un abanico de características y cualidades muy grande.
—De qué manera han trabajado para promover esta cultura de la cerveza artesanal?
—Decidimos organizar catas, de manera que mucha gente que dice que no le gusta la cerveza pueda encontrar una que sí que le guste, porque hay ácidas, de dulces, de amargas... En este sentido es muy diferente del vino, porque como se cuece y tiene muchos componentes, puede ofrecer infinidad de matices. Por otra parte, también aprovechamos para explicar por qué los costes de elaboración son más altos que en el caso de las grandes industrias, que pueden hacer cincuenta mil litros de golpe porque el producto no les caduca o tiene una caducidad muy larga. La cerveza artesana es óptima durante seis, nueve meses. Muchas están gasificadas en botella, hecho que quiere decir que tienen levadura y, por lo tanto, son un producto vivo.
—El nombre de la asociación indica que sólo se moverán por la comarca?
—No, seguramente lo acabaremos cambiando. Nos basamos en las siglas ACBC pensando también en el grupo de música, pero nos hemos visto limitados por el nombre, porque también queremos ir a Tarragona, a Constantí o a Móra d'Ebre si hace falta. Al final, el nombre nos sirve para decir de donde somos.