Piden seis años de prisión para un educador por abusar de una niña de 10 años en Reus

La Audiencia de Tarragona juzgará el próximo 21 de marzo un educador social por abusar sexualmente de una niña de diez años en el centro de acogida de menores (CRAE) Codina de Reus durante tres años. Tanto Fiscalía como las acusaciones particulares de Sagessa Salut –que gestionaba el centro- y la Generalitat –como responsable de la tutela de la víctima- piden para el hombre, de 42 años, seis años de prisión. Adicionalmente, el Departamento de Bienestar Social solicita también un año adicional por ruptura de condena después de que hubiera vulnerado la prohibición de comunicarse con la niña cuando ya estaba siendo investigado por el caso. Según las acusaciones, el educador aprovechó la diferencia de edad, su relación de educador de la menor, así como la superioridad intelectual y la vulnerabilidad de la menor, en situación de desamparo, para abusar de ella sexualmente.

El acusado, que trabajaba en el CRAE reusense desde enero de 2008, inició una «especie de relación sentimental» con la niña, nacida el año 2002, cuando esta tenía diez años. Según el relato de las acusaciones, «prácticamente todas las noches» que trabajaba en el centro, el educador iba a la habitación donde dormía la menor y le daba besos en la boca. Cuando la niña cumplió doce años, además de los besos efectuaba supuestamente tocamiento en los pechos, vagina y nalgas de la menor cuando no había otros educadores en la sala.

Para ganarse su confianza y obtener su silencio, dijo a la niña que estaba enamorado de ella y que, por eso, había dejado a su mujer. También le escribía cartas de amor que le dejaba bajo el cojín de la cama y después él rompía, la hacía «sentir como su pareja sentimental», le hacía regalos y la trataba como su preferida en el centro. Durante julio de 2015 el hombre, y en al menos tres ocasiones, habría acudido con la menor a su domicilio particular con «ánimo de satisfacer sus deseos sexuales», haciéndole tocamientos en los pechos y las nalgas.

El educador, que no era funcionario y había sido contratado por Sagessa-Salut, que gestionaba el centro, fue finalmente despedido por razones disciplinarias en noviembre de 2015. A pesar de eso, según remarca el escrito de acusación de la Generalitat, entre los meses de diciembre de aquel año y febrero de 2016 el acusado intentó mantener contactos de carácter sexual con la menor y «procurarse la impunidad del delito de abusos sexuales por el que estaba siendo investigado. En este sentido, a pesar de la prohibición de comunicarse con la víctima. Contactó con ella, a través de las redes sociales y de su hermano.

Aparte de la pena de entre seis y siete años de prisión, las diferentes acusaciones piden también que, en caso de condena, se le imponga la medida de libertad vigilada entre cinco años –Fiscalía – y diez años –Sagessa-Salud-, mientras que la Generalitat solicita la prohibición de aproximarse a la víctima a menos de 500 metros ni comunicarse por ningún medio durante cinco años.