«Me gustaría que mi cuadro se pudiera colgar en la escuela Mare Molas»

—¿Qué nos muestra, su obra?

—El cuadro presenta dos partes opuestas, el bien y el mal, separados por una humareda. Un rayo de luz sale de Jesús hacia las cuatro almas caritativas, y dos demonios lo quieren evitar, aunque no lo consiguen. A la derecha hay un poblado humilde de la India, unas manos que piden ayuda y unos niños. Gracias a la tarea humanitaria de personas como Teresa de Calcuta y Vicenç Ferrer, pintados al cuadro, se consigue ayudarlos. También están representados Antoni Gaudí, una figura irrepetible, y Maria Rosa Molas.

—En la parte izquierda vemos a unos soldados romanos, ¿inspirados quizás en los armats de Reus?

—Sí, un año por Semana Santa fui a la parroquia de la Sang, y había unos soldados, y les hice una fotografía. No creo que se reconozcan. Cristo también es una figura de Reus, después de mirar unos cuantos, escogí el de la iglesia de Sant Joan, que es el que me gustó más, porque era lo que tenía menos ornamentos.

—Su mural mide 3,30 por 2 metros. ¿Cómo ha sido pintar un lienzo tan grande?

—La cantidad de trabajo fue, primero, conseguir la tela, porque en Barcelona no la tenían tan grande, y tuve que ir a buscarla en otro lugar|sitio. Después, un carpintero me hizo la estructura de madera que la sostiene. Y como que también tronco inventor, monté una silla giratoria con una plataforma que se me permitía ir de un lado en el otro de la pintura sin levantarme. Y con un sistema de contrapesos podía tirar el cuadro más arriba o más abajo sin moverme del asiento. Este cuadro he tardado cinco o seis años a tenerlo acabado, porque lo he ido haciendo con varias interrupciones por el medio.

—¿Qué técnica ha utilizado?

—Es pintura al óleo, la técnica que conozco, porque yo no he tenido maestros. Me inicié en el mundo de la pintura por un amigo de la familia. Alguna vez iba a su estudio a ver cómo pintaba y me quedaba encantado. Pero siempre he ido haciendo sol, el primero que pinté fue un bodegón, el año 1980, y a partir de aquí fui haciendo otros trabajos, sobre todo retratos, que es lo que más me gusta.

—¿Por qué se llama La constancia alcanza el objetivo ?

—Es una cosa que es aplicable a todo. El mismo Antoni Gaudí, gracias a la perseverancia, consiguió objetivos mayúsculos. Sin constancia no se consigue nada a la vida.

—Su cuadro se expondrá en la Galería Antoni Pinyol de Reus los días 18, 19 y 20 de marzo. ¿Cómo se ha dado esta circunstancia?

—Un día estaba en la galería mirando una exposición y le dije a Antoni Pinyol que yo también pintaba, y que estaba haciendo un cuadro, por si lo quería ver. Me dijo que sí, y vino acompañado de una catedrática de arte de Barcelona, y aunque el cuadro no estaba acabado, me dio la impresión que les gustó mucho. Después nos encontramos dos o tres veces más, y al final me dijo que cuando lo tuviera terminado lo quería colgado en su galería.

—¿Donde le gustaría que quedara esta pintura, una vez salga de la Galería Antoni Pinyol?

—Como este cuadro lo ha hecho un reusense, a quien le gustan mucho las cosas de Reus, me gustaría que se quedara en la escuela Mare Molas. Lo estoy hablando con los responsables, que están en Roma. Si no es posible, Antoni Pinyol me dijo que lo subastarían, un día todavía por determinar. Eso si previamente no se pudiera vender, pero ya le digo que no lo malvenderé.

—Ahora que ya lo tiene terminado, ¿con qué nuevo proyecto está trabajando?

—Ahora estoy haciendo un retrato de mi mujer, y después seguiré por este camino, porque el retrato siempre me ha gustado mucho.