Vecinal
El Roserar pide cambiar de ubicación el espacio de recreo para perros
Denuncian que ahora está demasiado cerca de un parque infantil y de las residencias de los habitantes
Reus tiene un total de trece espacios para los perros repartidos a lo largo de toda la ciudad. Seis de ellos son de un tamaño más reducido, entre 20 y 50 metros, los que se llaman pipi-canes y se encuentran en zonas adecuadas dentro del ámbito urbano para que los animales puedan hacer sus necesidades sin perturbar la convivencia con el resto de usuarios de la vía pública y vecinos de la ciudad. Estos pipi-canes se pueden encontrar en la avenida del Doctor Vilaseca, en la plaza del Baluard, en la plaza Morlius, en la calle de Sant Benet, en la calle de Sant Lluís y en la calle del Vapor Vell.
Por otra parte, los otros siete espacios para perros de dimensiones más grandes se encuentran en el parque de Mas Iglesias, en la calle del Doctor Claudi Tricaz Arnillas, en la calle de Vilafranca del Penedès, en la plaza de Joaquim Sorolla, en el parque de Sant Jordi, en la plaza Lluís Buñuel y en la calle del President Terradelles y reciben el nombre de espacios de recreo. Según ha podido saber Diari Més, el parque para perros del barrio Mas Iglesias se está convirtiendo en una molestia para los vecinos porque está demasiado cerca del parque infantil y de los bloques de pisos. El presidente de la Associació de Veïns El Roserar, Francesc Jornet, comentaba a esta redacción que «esta proximidad no es buena». Jornet defiende la presencia de pipi-canes y espacios de recreo para perros pero cree que no tienen que estar tan cerca. Además, el presidente de la associación de vecinos defiende que si se trasladara este espacio para los perros, se podría aprovechar la zona para ampliar el parque infantil que «se está quedando pequeño». La zona que ahora pueden utilizar los perros está formada por un total de 774 metros cuadrados.
Un nuevo espacio de recreo
Francesc Jornet comentó a Diari Més que hizo llegar la propuesta de trasladar de sitio el parque de animales al Ayuntamiento, que les respondió «ya veremos que podemos hacer». Lejos de desistir, Jornet presentó dos alternativas al consistorio, una de trasladarlo al solar de la avenida Josep Pla, donde se instalan las compañías de circo cuando llegan a la ciudad para ofrecer sus espectáculos, y la segunda opción fue la de instalar el espacio de recreo en la avenida Marià Fortuny «donde hay un gran terreno que es propiedad del Ayuntamiento», argumentaba el presidente del Roserar, una vía que parece que al Ayuntamiento le pareció adecuada. «Cuando les comenté de llaevarlo hacia aquellos terrenos me dijeron qué sí, que lo harían», explicaba Jornet que añadía «pero la realidad es que, de momento, todo sigue igual». Aparte de pedir el traslado, algunos de los vecinos también denuncian que las instalaciones actuales no están bien, ya que no se está haciendo ningún tipo de mantenimiento y tampoco hay una doble puerta, elemento presente en prácticamente todos los pipi-canes y espacios de recreo para una mayor seguridad tanto para los propietarios de los perros como para los vecinos que pasan por el lado de este recinto cerrado, ya que una sola puerta es más insegura.