«Todavía predomina el chocolate negro, pero el chocolate con leche va al alza»

—¿Han calculado nunca cuántas figuras de chocolate llegan a vender por Pascua?

—No, no lo hemos contado nunca, hacemos las que podemos hacer. Sí que puedo decir que la primera vez que pusimos en venta la figura de la Mulassa, que fue la primera que hicimos, vendimos doscientas. Del resto, no lo sé, y no es que no lo quiera saber, sino que simplemente vamos haciendo. Aproximadamente utilizamos entre cuatrocientos y quinientos kilos de chocolate cada año.

—Las figuras del Séquito Festivo son el emblema de la casa. ¿De todas las que ofrecéis, cuáles son las más pedidas?

—Claramente la Mulassa, no sabría decir por qué, pero es la más apreciada. Quizás porque tiene mucho carisma o porque gusta mucho a los chiquillos. A los grandes, les gusta mucho el Lleó y, para nosotros, la más especial es el Águila, porque nos costó mucho hacer. La Mulassa eran dos piezas y resultó más sencilla, pero cuando quisimos trabajar el Águila con todo su realismo, tuvimos una gran cantidad de trabajo.

—¿Cómo es el trabajo de crear una nueva figura de chocolate del Seguici?

—Estas figuras tienen una gran dificultad y, por eso, es de las cosas de las que estamos más orgullosos. Primero, trabajamos con Manel Llaurador, el escultor de Reus que nos hace la maqueta, y eso ya cuesta un dinero. Después tenemos que llegar a tener el molde en plástico alimenticio para poder hacer la figura que, una vez hecha, habrá que pintar para que sea el máximo de realista posible. Con estas figuras no hemos ganado nunca dinero, pero nos gusta hacerlas, desde que hicimos la primera, la Mulassa, porque mi hijo tenía la ilusión de tenerla y, después hemos ido siguiendo por tradición. Además, las figuras del Seguici las vendemos a un precio que quiere ser popular, porque queremos que todo el mundo pueda tener. Si contáramos lo que realmente vale la figura, por el trabajo y el tiempo que dedicamos, podríamos pedir cien euros tranquilamente. Pero prefiero venderlas a cuarenta euros.

—Hablamos del chocolate. ¿Todavía predomina el negro?

—Sí, pero el chocolate con leche cada vez sube más. Nosotros hacemos un 50% de negro, un 40% de chocolate con leche, y un 10% de blanco. Sin embargo, siempre recomendamos el negro porque la conservación es mejor y, además, aguanta más a la hora de hacer las construcciones, tiene más consistencia. Pero, hoy día, como está la opción, al encargar la figura, de pedirla con el chocolate que más gusta, mucha gente se decanta por el que lleva leche. Por otra parte, este año, previendo que podríamos tener una Pascua con las temperaturas que hizo en el mes de febrero, hemos hecho las figuras con una base maciza, porque el calor nos hace mucho daño. Por suerte, han bajado las temperaturas y el tiempo nos ha respetado.

—¿Cómo tenemos que conservar el chocolate, pasado Pascua, para que se mantenga en buenas condiciones?

—El chocolate tiene una vida de seis meses, y si se conserva adecuadamente puede llegar al año. Hay que tenerlo en un lugar de casa donde no haga demasiado calor ni haya mucha humedad. Yo no recomiendo conservarla en la nevera. Otra opción, si nos ha sobrado un buen trozo, es fundirla.

—Con respecto a la Mona, ¿se sigue comprando o es un pastel que va un poco a la baja?

—De Monas no se compran menos, pero sí que se piden más pequeñas. Antes, la gente se tomaba Monas de kilo o kilo y medio, y ahora las vendemos de medio kilo o tres cuartos. Tenemos que pensar que, hoy día, la familia se puede encontrar con cuatro monas en casa si tienen dos hijos, y todos nos queremos cuidar más. Otra tendencia es que cada vez se pide menos la fruta, porque a la gente joven y los chiquillos ya no les gusta tanto. Ahora, la decoración se hace sobre todo con mantequilla y chocolate.