«Sant Jordi nos da mucho trabajo, pero es como la primera fiesta de la primavera»

—-Hace unos días colgasteis en Facebook una fotografía explicando que ya os habíais puesto la faja y empezabais a arreglar los libros de Sant Jordi. ¿Qué supone para una librería como la suya, esta fecha?

—La de la fotografía era mi hermana Aràntzazu. Antes de Sant Jordi revolvemos muchas cajas y, para hacerlo, ella se protege los riñones. Lo que queríamos explicar es que ya nos habíamos puesto en marcha con la preparación.

—¿Cuándo empieza el trabajo de preparar Sant Jordi?

—A principios de marzo hay que hacer los pedidos, pero lo tienes que tener pensado antes y tener la parada en la cabeza. Los libros de temática infantil y juvenil no cambian demasiado, sabiendo lo que ha funcionado otros años, tienes un modelo bastante claro. En cambio, el libro de adulto cambia completamente. Este año, por ejemplo, la cuestión política tiene mucha fuerza. Después, además de pensar los títulos, hay que decidir las cantidades, porque acabas teniendo muchos títulos pero de todos no tienes el mismo número. De algunos libros en que crees tienes más ejemplares y de otros que quizás también son importantes y tienen que estar, pero que intuyes que la venta será otra, tienes menos.

—¿Tenéis cuantificado cuántos libros os llegan con los pedidos de Sant Jordi?

—No, no lo tenemos contado, pero es una burrada. Si no tuviéramos un almacén sería imposible y, aun así, queda hasta la bandera.

—A diferencia de la mayoría de librerías, vosotros no hacéis presentaciones ni firmas con los autores.

—Pienso que somos herederos de una sociedad civil, la de Reus, que ya funciona muy bien en este sentido. El Centre de Lectura, por ejemplo, ya hace un trabajo importante de presentación de libros, y nosotros vamos allí donde nos lo piden para montar el puesto. Nunca hemos tenido la necesidad de montar nosotros las presentaciones, porque hay todo un tejido civil que funciona solo. Si te enseñara el calendario de los sitios donde hemos colaborado estos últimos dos meses, verías que ya estamos más que servidos.

—¿Se prevé que este año será una Diada ‘amarilla’, en cuestión de libros?

—Sí, el año pasado ya lo fue, con todos los libros sobre el 1 de Octubre y este año tenemos sobre todo mucho contenido sobre los presos políticos.

—Cuando los medios de comunicación avanzan, a media mañana o a media tarde, la lista de los más vendidos, ¿eso os va bien?

—No estamos muy pendientes. A veces, más que los más vendidos, lo que puede influir es que, por ejemplo, se entreviste un autor en directo, en un momento de máxima audiencia y que se dispare. Pero, de todos modos, lo que se venderá más ya se está vendiendo antes.

—Este año la Diada cae al día siguiente del Lunes de Pascua. ¿Eso os ha ido bien?

—Para nosotros, lo más importante es que haga bueno. Es verdad que la venta es diferente según si cae en sábado o entre semana, recuerdo que un año que cayó en domingo y estuvimos más relajados hasta media mañana, porque si es entre semana la gente ya compra desde primera hora. Pero lo que realmente nos va bien es que haga buen tiempo.

—¿Cómo es el día de Sant Jordi para vosotros?

—Después de toda la cantidad de trabajo de antes, es un día muy bonito. Mucha gente viene a ayudarnos en la parada y realmente ves que disfrutan haciéndolo. Para mí, es una suerte que vengan y ellos están contentos de estar y vivir el ambiente. Es un día de muchísimo trabajo, pero también veus que la gente se reencuentra, hacen conversa, es un poco como la primera fiesta de la primavera.

—Y, ¿el día siguiente de Sant Jordi?

—Es un día de mucha tranquilidad. Preparar Santo Jordi comporta mucha presión, ahora este pedido no ha llegado, llama al comercial, llegan dos días antes, sufrir por si hará bueno o no... Por suerte, siempre va muy bien. Y el día siguiente pensamientos que, sea como sea, ya ha pasado y ala, falta un año para Sant Jordi.

—No puedo acabar sin preguntar cuál es su previsión de los que serán los más vendidos.

—Imagino que El fill de l’italià, de Rafel Nadal, que ya está disparado desde hace tiempo. Y El fibló de Sílvia Soler, porque es una escritora que tiene su público. Después, de los libros de los presos políticos, seguramente uno de los más vendidos estará Tres dies a la presó, de Gemma Nierga y Jordi Cuixart.