Finaliza la obra de reforma de la coca central del paseo Misericòrdia

La coca central del paseo Misericòrdia luce reformada después de que, recientemente, haya finalizado la intervención que el Ayuntamiento de Reus ejecutaba, la cual se ha desplegado en tres fases desde mediados del mes de febrero. Los trabajos, que han ido a cargo de Brigadas Municipales y Aigües de Reus, se proyectaron con la finalidad de «nivelar y compactar» los terrenos de la coca central cerca que «el uso intensivo y el desgaste del tiempo», con el paso continuado de personas y de bicicletas, hubiera dado lugar a una pérdida progresiva del suelo y a la proliferación de hoyos, tal como detallaban fuentes municipales a los inicios de las obras. Con eso, se pretendía poner fin a la imagen que ofrecía el paseo en los últimos tiempos, que había dejado a la vista las tapas de las alcantarillas y que presentaba una relevante desproporción con respecto al arcén, y «devolverlo a su imagen original».

En concreto, además de la «compactación» de la tierra, en las últimas semanas se ha llevado a cabo una renovación de bancos localizados a lo largo de la vía a excepción de los de piedra, que son los más antiguos e históricos y se mantienen con el fin de seguir preservando la estética» de este emblemático lugar de la ciudad. En los pilones y las papeleras se han realizado igualmente trabajos de repintado. También se ha construido un nuevo colector de aguas pluviales en la confluencia con la calle de Rigoberta Menchú con el objetivo de acabar con los charcos que se generaban en la zona durante los días de intensas lluvias. Y se ha renovado –esta parte la ha ejecutado íntegramente Aigües de Reus- una cañería que transcurre desde este punto hasta llegar a la plaza de la Pastoreta.

«No tiene mucho sentido»

La reforma, con todo, no ha gustado al menos parte de los que viven cerca de este punto. El presidente de la Associació de Veïns Mas Vilanova, Valentín Rodríguez, valora que «la tierra que han vertido con el fin de llenar la coca central no está compactada, de manera que se ha producido un doble efecto negativo: cuando sopla el viento, la tierra la tenemos todos en nuestra casa, y los perros que pasan por el paseo han encontrado aquí un lugar divertido para jugar y poder hacer agujeros. Por lo tanto, eso no tiene demasiado sentido». De hecho, nos habíamos estado preguntando estas semanas si las obras habían acabado completamente o bien si, en algún momento, vendrían a hacer la compactación. La gente esperaba una actuación posterior pero, como aquí no ha venido nadie, tenemos que entender que se quedará así», añade Rodríguez. Por todo ello, el presidente del AAVV Mas Vilanova apunta que «lo que se ha hecho no durará, a menos que los vecinos quitemos la tierra de nuestra casa y la devolvamos al paseo».

Con respecto al resto de los trabajos que el Ayuntamiento ha ejecutado, Rodríguez dice que «se han pintado los bancos, sí, pero eso tampoco ha supuesto una gran mejora» y concreta que «lo que nos habían vendido como un lavado de cara, ha quedado en el mejor de los casos en un minilavado». La remodelación del paseo Miseriòrdia, según precisa el líder vecinal, «no había sido una reclamación vecinal o, al menos, no era una reclamación nuestra» sino que fue «una idea del alcalde, que nos dijo que lo mejoraría y finalmente ha acabado haciendo eso».