Pellicer quiere repetir un mandato más con la fragmentación política y la crisis local de Cs como cartas a favor
12 candidaturas se disputan 27 escaños y la alcaldía de Reus
Carles Pellicer aspira a mantener la alcaldía de Reus por tercer mandato consecutivo en un maremágnum de doce candidaturas, de las cuales cinco no tienen representación en la actualidad. La crisis interna del grupo de Ciudadanos y la gran fragmentación política podrían favorecer Junts per Reus, que no viene de un mandato fácil. Ha tenido que pasar por dos mociones de confianza vinculadas a los presupuestos, además de constantes idas y venidas a los juzgados en relación al 1-O. La formación confía en mantenerse como la fuerza más votada y ya sopesa posibles pactos postelectorales con ERC y Ara Reus, con quién ha gobernado en minoría durante este mandato, y también con el PSC, que ha asumido una oposición lo bastante plácida. Ahora toca recoger los frutos de la complicidad. La CUP ya avista una «alcaldía de Innova» -JxCat, ERC y PSC- como el escenario más previsible, pasado el 26-M, sobre todo después de los buenos resultados de republicanos y socialistas en las generales. Los partidos de derechas, muy fragmentados, sacan codos.
El caso de corrupción política de Innova, surgido el año 2012, sacudió la ciudadanía de Reus y así se hizo notar en el resultado de las elecciones del 2015. Los cupaires, que habían liderado las actuaciones judiciales en esta macrocausa pendiente de juicio, se situaron como la segunda fuerza más votada, por detrás de CiU, que ganó los comicios por los pelos. Ante unos modestos resultados y el frágil escenario de haber obtenido siete de los veintisiete escaños en juego en el Ayuntamiento, Pellicer negoció un pacto con ERC y Ara Reus, mientras el PSC seguía destronado en la oposición.
El actual alcalde lo considera un «buen acuerdo» con el cual se ha sentido «cómodo». No se esconde, sin embargo, que tanto pactaría con estos partidos como con el PSC, con quién ha podido contar, como aliado, en mayorías exiguas y cuestiones controvertidas como la polémica prórroga del contrato de la basura, siempre criticada por la CUP, que tiene entre ceja y ceja la municipalización de los servicios. Vale a decir, sin embargo, que los socialistas fueron quienes pusieron contra las cuerdas al alcalde con la moción de censura, y en cambio, la abstención de la CUP permitió desencallar los presupuestos.
En todo caso, Pellicer asegura que, en caso de ser reelegido después del 26-M, buscará un gobierno bien sólido, pero que prescindirá de formaciones que impliquen traspasar unas «líneas rojas» a las que no está dispuesto a ceder. Su campaña electoral se centra en la proximidad, con encuentros con vecinos y entidades. Incluso el Elvis de Reus, Ariel Santamaria, le ha dedicado una canción en su nuevo disco que se ha hecho viral. Los partidos rivales han criticado el talante electoralista. Con la propuesta del actual gobierno de dar farolillos a familias sin luz han puesto el grito en el cielo.
CUP y ERC: la disputa por los votos
La pobreza energética, las ocupaciones y la vivienda son precisamente los temas de bandera para la CUP, segunda fuerza política en Reus, con seis concejales. Marta Llorens, concejala y portavoz, lidera por primera vez la lista cupaire. Si la derecha está fragmentada, la izquierda también lo está. ERC y nuevas formaciones como Primàries Reus o En Comú Podem les pueden disputar los votos. La CUP, en un intento de erosionarlos, disuade los republicanos y socialistas de haber actuado de «muletas» del PDeCAT y ser «cómplices» de la pérdida de la gestión municipal del Hospital Sant Joan.
Visto por unos como una tragedia y, por otros como un respiro, el traspaso del hospital reusense en manos de la Generalitat para reconducir una situación financiera insostenible ha sido uno de los retos que ha marcado este mandato. ERC, al frente de la concejalía -y de la consejería- capitaneó la cuestión. A finales de año se prevé poner en marcha la entidad pública que tiene que gestionar el centro. Noemí Llauradó, que repite de alcaldable, aspira al menos a doblar sillas en el pleno -ahora tienen dos concejales-, aprovechando el filón de los resultados históricos en las elecciones generales.
También partiendo de dos concejales, el otro socio de gobierno, Ara Reus, quiere crecer con fuerza. Daniel Rubio encabeza la lista de una formación que se ha ido extendiendo por el territorio. Las críticas implícitas entre los partidos que gobiernan la ciudad son constantes, sobre todo en relación al control del hospital, la gestión del agua y el contrato de la basura -con tal tensión que Rubio ha acabado llevando a la CUP a los tribunales-. A partir de aquí se abre el interrogante si se revalidará el vigente acuerdo, si el PSC usurpará el lugar de Ara Reus en el gobierno o si se dará una alianza más insólita.
Un PSC a un pie del retorno y una derecha fragmentada
Habrá que ver, sin embargo, si ERC tendría que dar explicaciones a nivel nacional si formara gobierno con un partido que dio apoyo al 155. Desde el grupo del PSC se tiene el pleno convencimiento que, pasado el 26-M, volverá a gobernar, en «un cambio de ciclo político», dice Andreu Martín, portavoz y nuevo cabeza de lista del grupo. Los socialistas, con cuatro concejales, han estado ocho años relegados a la oposición -hasta el 2011 habían gobernado con hegemonía la ciudad. «Creceremos y tendremos un liderazgo claro, hace falta un gobierno sólido y yo apuesto por un gobierno de izquierdas», añade.
En las elecciones del 2015, el PSC quedó por detrás de Cs, si bien ambos obtuvieron cuatro concejales. A raíz de la guerra interna en el seno de la formación, la encargada de coger el timón es la abogada reusense Débora García, en un barco que había quedado a la deriva después de la marcha de Juan Carlos Sánchez y buena parte de la militancia, después de denunciar «irregularidades» de un alto cargo. Se han sumado a una formación denominada dCIDE, situada en el centro-izquierda e impulsada en el 2016 por un exdiputado de Cs-. La confrontación entre los compañeros de filas del partido de Albert Rivera afecta a más partidos que al naranja.
Uno es el PP, que también ha tenido, este mandato, dos concejales. Sebastià Domènech vuelve a repetir como candidato de los populares, que sufrieron un considerable descenso en las anteriores elecciones, en parte, por la irrupción de Cs. Aparte de las siete candidaturas con representación actualmente en el Ayuntamiento de Reus, las otras cinco formaciones que optan a formar parte del panorama político de la capital del Baix Camp son dCIDE, Primàries Reus, Entre Veïns, En Común Podem y Vox, que se ha dedicado a montar paradas informativas para captar votantes.