ERC plantea establecer una biblioteca de proximidad al centro El Roser

ERC se replantea el urbanismo de la ciudad con el objetivo de «cohesionarla mediante el urbanismo, religar los barrios y construir nuevas centralidades donde haya vida», según detallaba ayer el alcaldable Noemí Llauradó, unas nuevas centralidades que llegarían, por ejemplo, convirtiendo El Roser en una biblioteca de proximidad o una residencia artística. Pero para religar el municipio, la formación republicana cree que «Reus tiene que ser una ciudad policéntrica, es decir, que tiene que tener varios puntos intermodales que conecten los diversos barrios de Reus», explicó la número 5 de ERC, Marina Berasategui.

«Reus tiene una estructura compacta, con áreas de crecimiento prácticamente concéntricas en el casco antiguo,» detalló Berasategui y añadió que «hay una preocupación compartida de cómo se relacionan los ejes de acceso a la ciudad, que parecen entendidos como salidas y no como entradas en la ciudad». La arquitecta de la lista republicana también ha tirado la propuesta de «pacificar» los ejes que cruzan los barrios con el fin de conectarlos. «Nos referimos a priorizar la zona destinada a los peatones, estudiar el mobiliario que permita el uso del espacio público y retirar vehículos que también ocupen este espacio con el fin de facilitar el tráfico a los peatones y bicicletas», detalló Berasategui.

Para ejecutar este «Reus policéntrico» los republicanos proponen dos puntos intermodales, uno en el sur y el otro en el norte que «recoserán» los barrios periféricos con el centro mediante centros de transporte y permitirán abrir las puertas de Reus a los visitantes.

Concretamente, para conectar estos puntos, en el norte, los republicanos propusieron la construcción de un nuevo Centro cívico Gregal, junto con el Espacio escénico estable en la plaza del alcalde Anton Borrell, así como también una Biblioteca de proximidad a la zona de Levante.

El punto más central de Reus, pretenden dotarlo de equipamiento cultural, desdoblar el CAP de Sant Pere en el barrio del Carme y una nueva Biblioteca de proximidad y, con respecto a la zona sur, proponen dinamizarla con un nuevo Centro cívico a Garbí y con un albergue de juventud en el mercado del Ferrocarril.

Concretando en el centro previsto al Roser, Berasategui remarcó que «no soy partidaria de construirlo en esta zona porque excluye socialmente la dignidad de las personas». En esta línea, Llauradó subrayó que «hace falta un modelo de empoderamiento y de ocupación que no separe a las personas según las circunstancias de la vida».

Además, ERC no quiere dejar de lado la ciudadanía y les dará voz para escoger estos proyectos que tienen que «religar» la ciudad. «Antes de sacar adelante el proyecto abriremos un proceso en que los vecinos podrán decir lo que crean que vaya mejor para cada zona», transmitió Llauradó y añadió que «irá en la línea de los presupuestos participativos que han funcionado tan bien». Para la alcaldable republicana todas estas medidas servirán para «impulsar la cohesión social y la participación de los barrios». Llauradó también destacó «el urbanismo como un medio esencial para dar forma y sentido al derecho a la ciudad de los reusenses y las reusenses».