Candidata de la CUP a las elecciones municipales en Reus
«La prórroga de la basura es una ocasión perfecta, así la podremos internalitzar»
El alcaldable recuerda que «la CUP siempre ha tenido voluntad de gobernar» y apunta que «el objetivo no es sumar más concejales sino controvertir el statu quo»
Marta Llorens Pérez (1979) es maestra de adultos. Es miembro del Teatre Estable del Baix Camp (TEBAC). Es militante de la CUP, socia del Casal Despertaferro y está estrechamente vinculada al mundo del escultismo, donde ha ejercido como formadora. Ha sido portavoz del grupo municipal cupaire en el último mandato y, el verano pasado, fue escogida por la asamblea para encabezar la lista de la CUP el 26-M. Estas serán sus primeras elecciones como alcaldable.
–La CUP pudo gobernar en 2015 y en las dos cuestiones de confianza. ¿Por qué no lo hizo?
–En 2015, hicimos una asamblea sobre si teníamos que entrar en gobierno o no. Concretamos diez puntos de negociación e hicimos encuentros con los partidos que nos interpelaban. Estaba el proceso de Innova y la aritmética sólo facilitaba entrar a un gobierno de Innova. La CUP, cuando denuncia este caso, no puede dar connivencia a ninguno de estos partidos. Hubo un grupo, ERC, que no nos contestó. Y un partido oportunista, Ara Reus, que no le caían entonces los anillos para formar con la CUP un gobierno de Venezuela y que, hoy, dice que somos una línea roja. La voluntad de gobernar siempre ha estado, pero las maneras de hacer otros no lo han propiciado.
–Sí que llegaron a un acuerdo para facilitar los primeros presupuestos. ¿Ha cumplido el gobierno sus compromisos?
–No se ha hecho todo en absoluto. Valoramos el hecho de pasar de una a seis concejalas y la CUP hizo un cambio de oposición dura a propositiva. Nos abstuvimos a los presupuestos y acordamos unos puntos. Estaban los presupuestos participativos, que se han hecho en el 2018 y por nuestra insistencia. También el estudio de la internalización de la basura, hecho aunque el gobierno nunca se lo ha creído. No se ha acabado de ejecutar el Plan de la Bicicleta, no se ha hecho el Plan Estratégico de Becas, ni la Tarjeta Residente. Por eso, volvimos a nuestra postura más tajante. No podemos facilitar un cheque en blanco.
–Han denunciado un «pacto de Innova» y ahora ERC propone una fórmula con Junts y CUP.
–Hemos interpelado ERC. Hemos dicho que la CUP le da opción de huir del pacto de Innova. Una fuerza que se cree republicana e independentista es interpelada por otra fuerza que lo es. Lo que criticábamos era esta connivencia al final del mandato. Como el PSC, que ha rebajado mucho sus críticas sobre la gestión del Hospital. ¿ERC quiere dar sentido a la ciudad? Los interpelamos de nuevo para ofrecer a Reus una alternativa. Que se crean que somos la oportunidad para el cambio, no que actuen como bisagra entre la CUP y Pellicer.
–¿Por qué sólo repiten tres concejales en la lista?
–Queremos que refleje la unidad popular y transmita todas las luchas por las que la CUP toma partido. Repetimos tres personas, lo hacemos por una manera de seguir con el proyecto, para dar relevo teniendo en cuenta nuestras limitaciones de mandato. Tenemos una lista de doce primeras personas en clave de gobierno, con perfiles para acceder a la alcaldía. Toda la lista representa colectivos de la izquierda independentista.
–¿El 1-O fue un punto de inflexión en la forma de hacer oposición?
–Este ha sido un mandato extraño y duro, y el contexto nacional ha pesado en el municipal. La defensa desgasta energía y hace que, a veces, se deje de lado la construcción. Quizás la lucha nacional nos ha sobrepasado un pelo. Y eso no quiere decir que no hayamos hecho propuestas. Hemos hecho, durante cuatro años, de vivienda, servicios sociales. Ningún grupo hablaba en el plenario, por ejemplo, sobre la vivienda como un derecho básico. Hemos puesto en el centro debates y ahora el resto se hace eco.
–¿Cómo valora el sentido que algunos le han dado a las imputaciones? ¿Es Pellicer el alcalde del 1-O?
–Me parece aberrante, perverso e hipócrita. El alcalde, en las propuestas en clave nacional en el pleno, se ha abstenido o ha votado en contra. Que se haga llamar el alcalde del 1-O cuando ha habido iniciativas del CDR y de entidades y, a la hora de algunas acciones, les ha dado la espalda... Por el hecho de haber sido denunciado y que pueda sufrir un agravio, no puede no ser honesto con los que pusieron su cuerpo. Cerrar las puertas del Ayuntamiento para no colgar una pancarta, ¿por qué? Él no puede ser el alcalde de todos, tiene que tomar partido por su opción ideológica. El 1-O no es del alcalde, es de todo el mundo.
–La basura llega a las elecciones con el contrato prorrogado.
–Perfecto, es nuestra oportunidad. No está la nueva licitación hecha. Si la CUP tiene la alcaldía, internalitzarà la basura. Y si no, será un punto de negociación para entrar en el gobierno.
–Piden que se recuperen las multas a bancos que mantienen pisos vacíos.
–Había un Plan de Vivienda a quien nadie había hecho caso. La CUP consiguió que se trabajaran algunas medidas. El Ayuntamiento, si tiene vocación de servicio público, tiene que facilitar la vivienda a todas las personas. Y tiene que ser valiente y, si tiene la oportunidad de poner multas coercitivas a los bancos, lo tiene que hacer. Y, cuando lo hizo, recibió medio millón de euros que se pueden invertir en políticas de vivienda. Hace falta forzar que se cedan pisos vacíos.
–¿Por qué proponen una perrera comarcal?
–Defendemos la gestión pública de los servicios básicos, como el cuidado de los animales. De hecho, ya fue un punto de negociación en los presupuestos. Después, se vio que a nivel municipal no era viable, y un servicio mancomunado también era una manera. Hay un gasto muy grande en la Última Llarque se compensaría con la perrera.
–Se ha hecho un nuevo Reglamento de Participación pero no un ROM.
–Del ROM, se hizo un borrador y se tenía que hacer un retorno. Eso se quería hacer en una reunión con todos los grupos. Me posicioné que no era la manera de hacerlo, se tenía que interpelar el gobierno, y así lo pensó la mayoría. Se tenía que hacer un trabajo exhaustivo pero, por tiempo, no se ha podido acabar y no tenemos ROM.
–¿Hace falta una concejalía feminista?
–Una ciudad feminista es poner la vida en el centro de las políticas. Y tiene que haber una concejalía que vehicule la perspectiva transversal del feminismo. Si tenemos la concejalía, entonces tenemos presupuesto. Por ejemplo, en índice de pobreza, la mujer sufre el agravio mayor. La concejalía tiene que hacer una diagnosis de los agravios y, a partir de aquí, poner énfasis en las necesidades reales.
–Apuestan por aplicar una fiscalidad progresiva.
–Es fácil: justicia para las personas sin que el Ayuntamiento deje de ingresar. Quien más tiene, paga más. Una de las ideas es aumentar el IBI a las grandes superficies.
–¿La CUP ha tocado techo?
–El objetivo no es sobrepasar ningún techo, hablando de manera electoral. La CUP tiene una función, que es controvertir el statu quo. Tenga más o menos concejales. Ojalá tengamos seis concejales, pero somos conscientes de que lo que nos pasó fue fruto de un contexto específico. La CUP se tiene que redefinir.