Política
La CUP quiere hacer a Llauradó alcaldesa y no ve en el PSC un obstáculo
La formación anticapitalista pide a ERC que «huya de ser la muleta de Pellicer» y lidere «un gobierno como es debido»
La CUP no renuncia a un gobierno de izquierdas en Reus donde la alcaldía recaiga en Noemí Llauradó y, para propiciarlo, extiende de nuevo la mano a ERC como ya hizo a lo largo de toda la campaña electoral «para que huya de volver a ser la muleta de Pellicer que ha estado estos 4 años, a los que ha dado apoyo a propuestas clasistas y de poca proyección social». En el objetivo de este acuerdo «sin Carles Pellicer» que los cupaires proyectan, el PSC no se presenta, al menos de entrada, como un obstáculo.
La candidata de la CUP, Marta Llorens, ha comparecido hoy delante del palacio municipal para valorar que «si ERC quiere ser ERC, tiene la opción de serlo con la CUP» y apuntar que, en un escenario así, la formación anticapitalista está abierta a la presencia de los de Andreu Martín en este acuerdo, en el que podría dar apoyo desde fuera o desde dentro del gobierno. Con todo, ha puntualizado Llorens, «ERC es la fuerza que ha sido más votada y hacer la propuesta les corresponde a ellos. Son ellos los que tienen que ser valientes y sentarse con las fuerzas aliadas para encontrar una alternativa. Por eso, los interpelamos a que lo hagan».
La lista de Noemí Llauradó ha triplicado cifras y ha obtenido, este 26-M, 6 concejales históricos. Los socialistas, con 2 más que el presente mandato, tendrán otros 6. La CUP, a su vez, se ha quedado con 3 de los 6 con que hasta ahora contaba. Un acuerdo en tres sumaria 15, la misma mayoría que dibujaba Pellicer en un gobierno con Junts per Reus (fuerza ganadora, 7 concejales y 1.300 votos más que en el 2015), ERC y Ara Reus (2 concejales). En esta última fórmula, eso sí, se contemplaba también un apoyo puntual del PSC en cuestiones de ciudad para llegar a 21.
Los republicanos han declinado posicionarse, de momento, sobre la iniciativa de la CUP. No hacen movimientos pero se dejan querer. Justo al día siguiente de las elecciones, Llauradó había detallado que «todavía tenemos opción de hacer una alcaldía republicana», en referencia a la alternativa cupaire, y no descartaba el PSC de Reus a pesar de las distancias que el 155 pueda marcar. Los socialistas, a su vez, se han mostrado desde el principio receptivos a generar «un gobierno de las izquierdas» y el mismo Martín expresaba pocas horas antes que «el gobierno tiene que reflejar este cambio de paradigma que ha pedido la ciudadanía con sus votos».
«No queremos a Pellicer»
En su atención a los medios, hoy y después de una reunión de la asamblea, Llorens ha insistido en que la CUP «no quiere ningún tipo de acuerdo con Ara Reus ni con Carles Pellicer. No queremos a Pellicer». A preguntas sobre si un Junts per Reus sin el alcalde sería una opción, la cupaire no ha dicho que no pero sí que ha concretado que «tampoco daríamos la alcaldía a Montserrat Vilella». Llorens ha aclarado que «damos la oportunidad a ERC de hacer un gobierno como es debido en la ciudad» y ha insistido en que los republicanos, en estos 4 años, «han votado en contra de eliminar el tiempo de empadronamiento para acceder a algunas ayudas» y que, al lado de Junts y Ara Reus, «han fortalecido un clasismo y una guerra contra los pobres».
Entretanto, la maquinaria de Junts per Reus está en marcha y este martes se produjeron los primeros contactos con las fuerzas con quien querría perfilar el nuevo gobierno. En este sentido, también, Dani Rubio (Ara Reus) se ha mostrado de inicio favorable a reeditar el pacto y ERC, de nuevo, quiere «explorar todos los escenarios posibles». Los republicanos tienen prevista una reunión con la militancia este mismo jueves para valorar los resultados de los comicios y ninguna prisa para cerrar un acuerdo demasiado antes del 15 de junio.
La CUP, que poco antes de entrar en campaña había denunciado un «pacto previo» entre Junts per Reus, ERC y PSC para configurar «un nuevo gobierno de Innova» y lamentaba la vinculación de los dos primeros con los socialistas, podría adoptar ahora una posición más permisiva «por el bien de la ciudad». Tampoco ERC, a pesar del 155, aparta la formación que Martín lidera, y Junts per Reus, de hecho, la quería desde fuera del gobierno para completar su mayoría de 21 concejales. Ninguno de los tres, pues, ha cerrado la puerta a un partido del que, en algunos momentos del anterior mandato, les alejaron diferencias ideológicas muy claras. Hará falta tener en cuenta, pero el papel que se juegue fuera de Reus en la toma de decisiones.