El Café de Reus, que estaba cerrado desde el pasado invierno, se traspasa

El local del Café de Reus se ofrece en traspaso, poco menos de un año después de su reinauguración y cuando acumula cerrado al menos siete meses, desde noviembre del 2018. El establecimiento se ubica en los números 1 y 3 de la calle Metge Fortuny, bajos del palacio consistorial y, por lo tanto, propiedad del Ayuntamiento. Su uso ha resultado polémico por el hecho de que el pleno aprobó en su momento, a propuesta del gobierno y con el «no» de Cs, PP y CUP, un año de carencia en el pago del alquiler, que cifra la cuota mensual en 2.177 euros, a cambio de que en el interior del establecimiento se realizaran obras de reforma. Este periodo venció el 23 de marzo. Fuentes municipales detallan a Diari Més que «el Ayuntamiento está a la espera del informe sobre las inversiones que el arrendatario tiene que hacer en el inmueble previstas en el contrato de arrendamiento», las cuales tendrán que ser acreditadas.

En relación al traspaso del negocio, las mismas fuentes precisan que «el Ayuntamiento es conocedor de las intenciones del arrendatario de traspasar» dado que «se puso en contacto con el Ayuntamiento» para informar de esta voluntad. De hecho, «está en su derecho de hacerlo de acuerdo al contrato y a la normativa», aunque el paso, en caso de acabar consumándose, «tendría que ser autorizado por el pleno». En este escenario, el Ayuntamiento se mantiene a la espera de los acontecimientos.

El contrato sobre estos bajos, y las condiciones que lo acompañan, salió adelante «para evitar que la licencia se perdiera» y el Café de Reus no pudiera volver a servir como espacio de restauración. La operación, en todo caso, recibió el aval de la secretaría y la intervención municipales, tal como expresó el gobierno durante el pleno de marzo del 2018, cuándo algunas modificaciones en las condiciones del arrendamiento del negocio recibieron luz verde. Entonces, el Café de Reus llevaba cerrado desde enero del 2017 «a raíz de dificultades económicas», y acumulaba una deuda de cerca de 20.000 euros en concepto de mensualidades pendientes. El establecimiento volvió a abrir el 17 de julio del 2018, bajo una nueva gestión, sometido a un lavado de cara y con un aspecto muy similar al anterior pero otro concepto gastronómico. Poco más tarde, en noviembre, había bajado la persiana y desde el exterior se podía ver un cartel que decía que «nos vemos obligados a cerrar por obras en nuestro establecimiento». Desde entonces, no ha vuelto a acoger público.

Diez años y prórroga de cinco

El contrato, tal como se firmó, tiene una duración de diez años y la posibilidad de una prórroga de cinco. En total, sólo en cuotas de alquiler, el Ayuntamiento accedió a dejar de ingresar en este primer año unos 26.124 euros para que el establecimiento no perdiera su capacidad de acoger un espacio de restauración. La vuelta del Café de Reus hizo replantear el mapa de terrazas de la Mercadal, que desde el invierno ha variado de nuevo ya sin el mismo Café de Reus y sin el restaurante del Gaudí Centre, que cerró definitivamente a principios del mes de enero dejando dos espacios sin ocupar en la plaza.