Sociedad
El reloj de la plaza Prim se detiene y necesitará reparaciones
Borges está a la espera de que se reemplacen algunas piezas del mecanismo
El reloj de la plaza Prim se tiene que someter, de nuevo, a reparaciones. El aparato ha estado sufriendo, al menos desde finales de la semana pasada, problemas técnicos que han hecho que los indicadores se quedaran pintiparados en una numeración fija o que se apagara la pantalla. Fuentes de la empresa que se anuncia, la local Borges, se encuentran ahora a la espera de que lleguen algunas piezas concretas con que tendrán que ser reemplazadas por el instalador dentro de la maquinaria, y confían en que los trabajos se puedan llevar a cabo en un breve lapso de tiempo a fin de que el reloj vuelva a mostrar la hora, la temperatura y la humedad a los reusenses.
Este no ha sido la primera vez que el reloj, que forma parte del paisaje urbano de la ciudad, se queda en negro. Hace tres años, justo uno después de que Borges reemplazara la publicidad de Coca-Cola a su parte superior, una avería provocó «dificultades de lectura» de los caracteres led, tal como apuntaban semillas fuentes de la misma empresa, que es ajena a estos problemas. Borges optó en aquel momento para no mantenerlo en marcha si no se podía leer, y apagarlo hasta que se van resolde las cuestiones técnicas que no permitían interpretar la información del reloj con normalidad.
El paso de Coca-Cola a Borges se materializó el 20 de septiembre del 2015 y tuvo lugar en medio de una gran expectación a pie de calle. Desde el 15 de abril anterior, al espacio publicitario lucía un cartel donde podía verse que el reloj se encontraba «disponible» para acoger a un nuevo anunciante a raíz del adiós definitivo de la marca Coca-Cola.