«Tenemos que hacer que la gente sepa que el centro está abierto a todo el mundo»

—¿Cómo se siente como nuevo presidente del Centre de Lectura?

—Me siento muy ilusionado, no tan sólo yo sino el equipo que he podido formar, pero también consciente de los retos que eso comporta. Es una entidad que tiene 160 años y eso quiere decir que detrás hay mucha historia y eso es una responsabilidad muy grande. Figuras históricas de primer nivel han dirigido la casa hasta llegar a nuestros días. Podemos decir que nos encontramos ante una entidad no sólo cultural sino con un peso ciudadano muy importante. Gestionar eso es difícil y supone muchos retos en materia de infraestructura, de relieve generacional, financiera, de visión de futuro, etc. Eso lo queremos abordar un equipo, todos con la misma ilusión que yo, e intentaremos sacar adelante este barco de la mejor manera posible.

—¿Hace años que quería ser presidente de la entidad?

—No. Yo en los años 80 fui secretario general y tesorero hasta al principio de los 90 y aquellos años fueron vitales para mi formación como ciudadano. Ahora que estoy prejubilado y que el presidente actual anunció que lo quería dejar pues me propuse devolver al centro aquello que me dio en los años 80 y que estoy seguro de que gracias a aquella manera de entender la ciudad y la sociedad he tenido las oportunidades que he tenido hasta llegar a ser el alcalde de la ciudad. Además, es una entidad muy querida por mí, aquí hay una exposición de las joyas de la biblioteca y hay una foto donde sale la junta directiva de principios del siglo XX donde aparece mi bisabuelo al lado del presidente. Por lo tanto, la vinculación familiar es evidente, esta es como mi segunda casa.

—Mucha gente le ha dado apoyo.

—He tenido el doble de los avales necesarios para presentar la candidatura. Muchos de ellos son expresidentes, socios de honor, el actual alcalde y presidentes de otras entidades. Eso quiere decir que estaré mirado con lupa y que intentaremos estar a la alutra. Las horas y la ilusión las pondremos todas, a partir de aquí veremos que podemos hacer.

—La misión principal del Centre de Lectura.

—La misma que cuando se creó. Procurar que la gente trabajadora supiera escribir y leer para poder entender los diarios y saber en qué sociedad vivía. Ahora la gente ya sabe leer y escribir pero el acceso a los bienes culturales, a los servicios que el centro tiene de cara a los socios, a las escuelas de teatro, idiomas o danza, todo eso hace que la gente de Reus pueda consolidar su vertiente cultural y la conciencia de pertenecer a una sociedad. Creo que hacer posible todo eso es el objetivo principal.

—¿Se ha cumplido esta tarea?

—Rotundamente no. A los inicios del siglo XIX y XX siempre han tenido una incidencia sobre la sociedad. Era un espacio generador de sociabilidad.

—¿Cómo lo conseguirá?

—Trabajando mucho y marcando objetivos claros. Los ateneos no pueden dar los mismos servicios que en el siglo pasado. El acceso a las nuevas tecnologías hacen que el interés de las bibliotecas no sea tan grande como antes. Los ateneos con respecto a las humanidades, la lengua y la literatura están bastante puestos pero las nuevas tecnologías, las ciencias, eso no pesa dentro de la programación. En cambio tenemos determinadas facultades del ámbito científico y podríamos colaborar más con ellas, rompiendo los formatos clásicos como por ejemplo el Pint of Science. Tenemos que ir a buscar nuevos públicos y diluir la barrera entre ser o no ser socio. El centro tiene una cierta imagen de entidad cerrada pero eso no es verdad. Pienso que mejorando la comunicación externa podremos llegar a más gente, tener más socios y hacer más actividades que nos permitirán tener una masa social más amplia y una consolidación económica que nos permita nuevos retos. Tenemos que hacer que la gente sepa que el centro está abierto a todo el mundo.

—¿Habrá grandes cambios con Usted de Presidente?

—No, habrá reajustes. Se tienen que hacer reajustes porque tenemos que financiar las obras de ampliación del centro, también con los calendarios de las escuelas porque mientras no estén tenemos que ver cómo metemos a los alumnos, se tienen que hacer reajustes con el fin de ver cómo proyectamos la comunicación externa de las actividades y con qué canales. Todo es cuestión de ir analizando y hablar con la gente que quiere sacarlo adelante. Se tiene que escuchar para ver qué soluciones podemos aportar y decir que sí cuando una cosa es posible y decir que no cuando realmente no se puede hacer. Una cosa importante es proyectar el futuro y temporalizarlo para evaluar la consecución.