Diari Més
Isaac Sanromà

Pregonero de la Festa Major de Sant Pere

Sant Pere

«La Tronada se tiene que escuchar y, desde la calle Monterols, tiene un sonido que es mágico»

El expresidente de la Cambra dedicará parte de su pregón a poner en valor «a los grandes empresarios que han transformado la ciudad»

Isaac Sanromà, en la Mercadal donde los reusenses recibirán su 'crida' a la fiesta.

«La Tronada se tiene que escuchar y, desde la calle Monterols, tiene un sonido que es mágico»Olívia Molet

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Isaac Sanromà (Reus, 1956) ha presidido la Cambra de Comerç, Indústria i Navegació de Reus desde el 2006 y hasta hace unas semanas, cuando fue relevado por Jordi Just. Es licenciado en Ciencias Económicas por la Universidad de Barcelona y vocal del Col·legi d'Economistes de Catalunya. Está vinculado, entre otras entidades, al Centre de Lectura de Reus, el Reus Deportiu, la Societat El Círcol y la Lliga contra el Càncer, y ha participado en diferentes proyectos empresariales.

—¿Qué significa ser el pregonero y encender la Tronada?

—Un gran honor. Para mí y para la Cambra de Comerç, porque va ligado: es un reconocimiento a los 13 años que he sido de presidente y al trabajo que hemos hecho todo el equipo. Como no podemos ser todos los miembros y por eso sólo está el presidente. Es una responsabilidad. Como reusense, de Reus Reus, es una de las cosas más importantes que se puede hacer. Y más una persona que ha crecido con los cohetes y la pólvora. Por Sant Joan, yo todavía tiro cohetes con los amigos. Será un día muy especial. Ser pregonero es también invitar a la ciudad a que participe en las fiestas.

—No es muy conocida, esta faceta suya.

—Siempre me han gustado mucho los cohetes. Yo creo que ya naces. De pequeño, era el encargado de hacer hogueras, de tirar cohetes. Mis padres lo han hecho siempre. En cambio, ahora tengo dos hijas y no les gusta tanto. Pero con los amigos cada Sant Joan tiramos cohetes. En una verbena tiene que haber coca, cava y cohetes. Y, si no, no es una buena verbena.

—¿Cómo llegó la propuesta?

—Un día encontré al alcalde y me dijo que le haría mucha ilusión que fuera pregonero. Él me comentó que era un año excepcional porque el pregón sería al cabo de pocas semanas de las elecciones y que haría la consulta a los portavoces. Hizo la consulta y es de agradecer que todos los portavoces encontraron muy bien la propuesta del alcalde.

—Y usted dijo rápidamente que sí.

—Sí. No me lo esperaba nada. Me cogió por sorpresa pero tampoco me lo pensé mucho. Es una de las cosas que me hace más ilusión. En estos 13 años, el acto que no he fallado nunca ha sido ir a escuchar el pregón de la Festa Major y ver la Tronada. No creo que haya habido ningún otro acto oficial donde, en este tiempo, no haya dejado de ir ni un solo año. Eso me da responsabilidad. Los que me han precedido han hecho unos pregones preciosos y con mucho sentimiento que me ponen el listón muy alto.

—¿Sobre el qué tratará su parlamento?

—Mi pregón tratará de explicar un poco cómo he vivido desde pequeño la Festa Major. Los recuerdos de la infancia te marcan la vida. Explicaré cuándo venía a la Mercadal con mis padres y cuando he venido con mi mujer y, después, con mis hijas. Hablaré de los grandes empresarios que ha habido en Reus. Aquí tenemos hijos ilustres y grandes hombres de arquitectura como Gaudí, políticos como el general Prim, poetas como Bartrina, pintores como Fortuny... pero también hemos tenido grandes empresarios. Pondré dos ejemplos del siglo XIX y del XX que transformaron la ciudad. Hablaré de lo que pediría al equipo de gobierno. Me gustaría que se impregnara del espíritu de colaboración y de ir todos a una que hemos intentado proclamar desde la Cambra y que es una herramienta muy útil, y hablaré de la sociedad civil a quién la Cambra ha representado.

—¿Cuáles son sus recuerdos de la Festa Major?

—De cuando era muy pequeño, recuerdo estar casa del abuelo Isaac –yo vengo de una familia que Isaac es una tradición, mi abuelo se llamaba Isaac y mi padre es Isaac-, donde siempre íbamos porque había un trabajador que llevaba la Vitxeta. Iba a los Vidres Sanromà porque venían los gegants a bailar. Yo estaba en medio de los gegants. Es uno de aquellos flashes de pequeño que te quedan. Y las verbenas, que en otros lugares se dicen revetlles pero que aquí se llaman verbenas. La del Reus Deportiu, la de los Ploms, ir a comer la coca con cava. Entonces no teníamos la facilidad de ver las estrellas del pop. Antes tapaban toda la piscina del Reus Deportiu y pasaban los artistas más importantes del panorama nacional e internacional, tanto el Reus como los Ploms tiraban la casa por la ventana. Eran los primeros días que empezabas a salir. La Festa Major marcaba el inicio de muchas cosas.

—¿Cómo espera la Tronada?

—La Tronada han sido mi pasión. A mí me gusta mucho verla pero, sobre todo, escucharla. A veces, recuerdo que con la familia de mi mujer íbamos a ver la procesión y el seguici en la calle Monterols, en el piso donde había antes la antigua librería Grau. Desde el balcón, veíamos pasar al seguici y, cuando Sant Pere llegaba delante del Ayuntamiento, se encendía la Tronada. La Tronada, desde la calle Monterols, tienen un sentido muy bonito porque no se ve pero se siente el retronar. Además de verla, la Tronada se tiene que saber escuchar. Y en la calle Monterols tiene un sonido especial y mágico. Es encender y esperar que vaya todo bien. Tiene que ser muy limpia, que sea continua y seguida, y que rompa lo más fuerte posible.

—Se dice que esta es la mejor experiencia que puede vivir un reusense.

—Como reusense, sí. Hace 15 días que he dejado de ser presidente de la Cambra y tengo este honor. Es de las cosas más bonitas que me han pasado en la vida. Y, como reusense, seguro que es el más bonito que podré hacer nunca. Tendré un recuerdo para siempre.

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