Política municipal
Plan de 4,3 millones por hacer El Roser y los estudios de obras de los próximos 4 años en Reus
El gobierno aprobará también un presupuesto de 2019 «con poca carga política» mientras la oposición lamenta que «se nos desprecia»
El pleno del Ayuntamiento aprobará el 31 de julio un plan de inversiones para el 2019 impulsado por el gobierno con un total de 4,3 millones de euros: 3,5 provienen de los remanentes con que se cerró el ejercicio 2018 y los 795.000 euros restantes, de una operación de crédito que se concertará vinculada al presupuesto de 2019, los cuales se debatirá en la misma sesión y reemplazará el prorrogado de 2018.
La concejala de Hacienda, Mariluz Caballero, valoraba ayer durante la presentación de las cifras que «el gobierno gobierna con mirada larga para hacer frente a los retos presentes y futuros de la ciudad» y apuntaba que «un grueso importante de estas inversiones las destinaremos a elaborar los estudios, planes directores y planos ejecutivos de proyectos que se llevarán a cabo de manera plantificada a lo largo del mandato 2019-2023». «Daremos lugar a planes directores de vía pública, en materia básicamente de asfaltado, aceras, parques, jardines y alumbrado», concretaba. No se trata, pues, de financiar obras sino la redacción de los documentos urbanísticos o de ingeniería que, más adelante, las guiarán. En este apartado, tal como detallaba, «el gobierno nos sentimos particularmente orgullosos del proyecto de la construcción de vivienda social y aparcamiento en la antigua Hispania, que es de cariz social y con visión de ciudad».
También se destinarán fondos a hacer los estudios de transformación del arrabal de Santa Anna en zona de peatones, la ronda Nord, los nuevos centros cívicos Gregal y Pastoreta, el futuro skatepark, la reforma vial de las calles de Miró y Santa Helena, la acera sur de la avenida Sant Jordi, la plaza Comte de Reus, las calles Joan Ramis i del Canal y a repensar la conexión de la calle Ample con el paseo Mata.
Reforma por 2 millones
Otra parte de los 4,3 millones de euros sí que irá a obras. Entre ellas, la concejala destacaba la del Centro Social El Roser, que absorberá cerca de 2 millones de euros y se materializará íntegramente desde el inicio. Finalmente, y a pesar de que Junts por Reus y ERC tenían y expusieron puntos de vista diferentes en relación en este espacio de la ciudad, lo que saldrá adelante es el de Junts, que preveía cafetería-comedor social abierta a la ciudadanía, una despensa solidaria que será el punto de gestión y distribución de la red de alimentos, dependencias de alojamiento temporal para situaciones de emergencia y espacios municipales donde se trasladará el servicio del Plan Local de Inclusión Social del Ayuntamiento así como la sede del AVV de Xalets Quintana.
Otras inversiones en obras son las que irán a la finalización de la reforma del Camí de Valls, el ajardinamiento de la avenida de Josep Laporte, la iluminación de la plaza de Villarroel y de la calle de Martí Folguera, la segunda fase de implantación del Plan de Videovigilancia de Reus, la remodelación del Parque de Movilidad del paseo Mata, la adquisición de estanterías para el Archivo y de libros para la biblioteca o la habilitación de espacios para los representantes sindicales de los trabajadores en los edificios municipales.
Adaptar gastos a los ingresos
El gobierno, tal como avanzó la vicealcaldesa Noemí Llauradó en una entrevista concedida en el Diari Més, también aprobará un nuevo presupuesto para el ejercicio 2019. Ahora, el presupuesto permanecía prorrogado después de que el alcalde, Carles Pellicer, agotara el máximo de dos cuestiones de confianza por mandato que la ley permite. Este había sido, en los dos años anteriores, el mecanismo para desencallar las cuentas sin la oposición.
Caballero explicaba ayer que «el proyecto de presupuesto será una adaptación de los gastos al incremento de ingresos que» hemos «tenido», cifrado en 1,9 millones de euros, y que «el gobierno acaba de empezar a trabajar y, por lo tanto, las cuentas tienen poca carga política. Eso sí, son una garantía de suficiencia económica para hacer frente a la gestión de la ciudad». «No incorporamos ningún programa nuevo pero sí que mostramos una dinámica de trabajo de gobierno con rigor, buena gestión y mirada larga», decía. De estos 1,9 –el presupuesto del Ayuntamiento será de unos 119 millones, y el 31 de julio se aprobará el presupuesto consolidado–, hasta 1,5 millones surgen de un incremento de los ingresos por la vía de impuestos y tasas vinculadas a más licencias de actividad, plusvalías u obras; y 400.000 euros se corresponden con ahorros del gasto financiero. La adaptación a los gastos se resume en tres bloques: 300.000 euros a recursos humanos, 750.000 euros a la adecuación de contratos de servicios y 850.000 euros de transferencias corrientes. El presupuesto, pendiente de enmiendas, quedará definitivamente aprobado en cualquier caso antes de septiembre.
El expediente de presupuestos se hizo llegar a la oposición –PSC, CUP y Cs- el lunes al mediodía, y se les presentará en comisión informativa mañana. Durante la elaboración de las cuentas, el gobierno, que ahora tiene mayoría y no está obligado a hacerlo, no ha mantenido conversaciones. La manera de proceder, que el gobierno considera la ordinaria en su situación, ha generado malestar entre la oposición, a que se ha sentido «despreciada» y ve «falta de información» y un intento de obstaculizar la natural función fiscalizadora.
Martín: «Hemos sabido que había presupuesto cuando han convocado comisión»
Para el PSC, «presentar enmiendas así es pesado»
El portavoz del grupo municipal del PSC y jefe de la oposición, Andreu Martín, apuntaba ayer que «sabemos que hay unos presupuestos nuevos porque se ha hecho la convocatoria de la comisión informativa, en sesión extraordinaria porque se ve que no hay nada que se pueda hacer en sesión ordinaria, y en un día que no es el previsto para las comisiones». «En la comisión, el papel que nos queda es el de mirarnos el expediente, firmado de este lunes a la una y cuarenta, sin ninguna presentación previa,» añadía el socialista, que decía que «intentaremos presentar enmiendas, pero hacerlo así es pesado» y que «no tener la más mínima voluntad de compartir los trabajos que se llevan a resolución indica un desinterés de compartir con la oposición el trabajo que se hace desde el gobierno, y que nuestro ámbito se reduzca a posicionar». Para Martín, «si el modelo de relación es este, es extraordinariamente negativo por las formas, porque ignora y desprecia la oposición». El portavoz del PSC (6 concejales), grupo en qué Juntos por Reus y ERC habían extendido recientemente la mano para alcanzar acuerdos fuera del gobierno, ha echado de menos «ni que fuera una llamada de cortesía» antes de convocar la comisión y expresa que «los hechos desmienten radicalmente lo que el gobierno dice».
Llorens: «El gobierno ve ahora la oposición como un mero invitado de piedra»
Los cupaires reivindican el papel fiscalizador
Marta Llorens, portavoz del grupo de la CUP, valora, después de que ayer se presentara públicamente la voluntad de llevar a aprobación, el 31 de julio, un plan de inversiones y un nuevo presupuesto para el ejercicio 2019, que «esperamos poco de este gobierno que ahora ve la oposición como un mero invitado de piedra sin valorar la función que tiene que tener de fiscalización de la acción del gobierno». La formación anticapitalista (3 concejales) resultó la facilitadora de los primeros y únicos presupuestos que se aprobaron a través de una votación en todo el mandato 2015-2019. El paso se dio con una abstención y vinculado a un listado de propuestas relacionadas principalmente con los ámbitos de la vivienda social, la educación y los servicios municipales. Tres años después, al principio de este 2019, la CUP reclamaba todavía un buen puñado de compromisos que no se han llegado a materializar. Para los ejercicios 2017 y 2018, el gobierno en minoría aprobó cuentas a través de dos cuestiones de confianza a que se sometió el alcalde, Carles Pellicer, con la seguridad de que la distancia ideológica entre las formaciones a la oposición frustraría cualquier intento de articular una moción de censura. Este 2019, los presupuestos permanecían prorrogados hasta ahora.
García: «Que no negocien no nos sorprende, desde el inicio ha sido así»
Cs critica «la tónica de comunicación escogida»
Al frente del grupo municipal de Cs, Débora García explicaba ayer que «desde el inicio» el gobierno reusense «no ha negociado nada con nosotros. No negociaron para el cartapacio ni para el resto de asuntos, hecho por el cual a estas alturas no nos sorprende que tampoco hayan negociado ahora los presupuestos». La portavoz de la formación naranja (3 concejales) apuntaba que «la tónica de comunicación que ha escogido este gobierno municipal es la de que la oposición nos enteramos por la prensa». «Un ninguneo mayúsculo», concluía García. El de Cs (3 concejales) es uno de los dos grupos –con la CUP– que sólo cuenta con un representante a las comisiones informativas. El gobierno aplicó en el pleno del viernes una modificación en el número de miembros a las comisiones que ha permitido al grupo del PSC pasar a tener 3 y que mantiene ERC con 3 y Junts por Reus con 4. Los socialistas habían solicitado reiteradamente el incremento. Por parte de la CUP, Llorens pedía al último pleno que «con esta ratio y con esta misma proporcionalidad, al grupo municipal de la CUP y, en este caso, al grupo de Cs, nos tocaría una concejala y media y, por lo tanto, reclamamos que el gobierno, con esta mayoría, no tenga miedo de dar más representatividad a la oposición».