Mediambient
Convierten una balsa del camino de Bellissens en vertedero ilegal
Neumáticos, neveras, televisores y restos de muebles viejos se acumulan en el espacio que antes ocupaba el agua
Una balsa abandonada ubicada en el camino de Bellissens se ha convertido en un nuevo vertedero ilegal. Algunos habitantes de la capital del Baix Camp han visto últimamente cómo este espacio se ha empezado a llenar de neumáticos viejos, piezas de electrónica y desperdicios en general y lo han denunciado de manera pública a través de las redes sociales.
Desde la carretera de Bellissens tan sólo se ven las paredes exteriores de la balsa, que se ha convertido en un auténtico centro de desechería. Además, la persona o las personas que aprovechan este lugar para depositar sus desperdicios ilegalmente, las colocan tocando a la pared más próxima a la carretera, de manera que todavía se puede percibir menos que en el interior de esta balsa vacía y abandonada, hay una pila de residuos. Los que más llaman la atención son los neumáticos, ya que hay una buena cantidad, pero también se pueden encontrar televisores, neveras y muchos trocitos de diferentes muebles rotos con que han quedado ahora repartidos por el espacio.
El pasado mes de junio, los Servicios Técnicos Municipales del Ayuntamiento de Reus informaron de la existencia de solares urbanos, periurbanos y parcelas abandonadas o no edificadas y remarcaban que «los propietarios de estos solares tienen la obligación de mantenerles en buen estado y en las condiciones de seguridad, salubridad, ornamento público y libre de residuos». Una obligación contemplada en la Ordenanza municipal reguladora de la limpieza.
Riesgo de incendios y más insectos
Además, detallaban que en el periodo estival, la acumulación de desperdicios pueden incrementar el riesgo de incendios y la proliferación de ratas e insectos». En un ban, el consistorio transmitía la obligación de tener los solares limpios a partir del 30 de junio y, en caso contrario procedería a multar «según la peligrosidad para los bienes y para las personas que suponga el mal estado del solar», unas «multas coercitivas» que tienen un importe de entre 300 a 3.000 euros y que «se podrán reiterar hasta que se cumpla la obligación de conservación o mediante la ejecución subsidiaria de los trabajos por parte del Ayuntamiento y a cargo de la persona propietaria». Así pues, el responsable de depositar todos estos residuos en una zona no autorizada, sin pensar en el riesgo que puede provocar eso, especialmente ahora con las altas temperaturas, estaría infringiendo estas indicaciones recogidas en el bando, con todo lo que este gesto comporta.