Misericordia
El Seguici traslada a los reusenses al Santuario para acabar de disfrutar
El Toc de Festa llama elementos y bailes a completar una bajada de lucimiento hasta la plaza
Todavía de resaca del masclet y de una Víspera que siempre es animada, los elementos del Seguici Festiu han enfilado hoy al mediodía, desde la plaza de las Oques, la bajada en dirección al epicentro de la Fiesta Mayor, el Santuario de Misericòrdia. A sus integrantes, y también a todos los reusenses, los había hecho saltar de la cama, muy antes, el sonido de los grupos de gralleros locales, los tamborileros del Ball de Diables y el Ball de Pere Joan Barceló, con sus matinades, así como la Banda de Cornetes i Tambors de la Mare de Déu de Misericòrdia. También los Campaners de Reus, colectivo integrado por miembros de los agrupamientos escuchas y guías MontsantCim y Misericòrdia, que han hecho sónar el Toc de Festa para anunciar la Fiesta Mayor.
Durante todo el día, desde las siete, el camarín de la Mare de Déu ha estado abierto para acudir a venerar la imagen. Precisamente aquí ha vivido su último despido al cargo el cap de colla del Lleó de Reus, Josep Lluís Rius, que pone punto y final a esta etapa después de que el Lleó petit fuera entregado a la ciudad este mismo lunes. En el día de la Mare de Déu de Misericòrdia, la fiesta se desplaza del centro y, con ella, el Seguici. Por eso, a punto de emprender camino, los desayunos de tenedor que ofrecían varios establecimientos del municipio han repetido éxito. El Carrasclet, el Ball de Pastorets, los gegants, la Víbria o los nanos han iniciado hacia las once su ruta más esperada, la que sólo hacen en homenaje a la patrona de la ciudad.
El día de la patrona
Este 2019, en Reus, hay hasta 540 mujeres censadas que se llaman Misericòrdia. Hace una década, sin embargo, que ningún bebé recibe este nombre. Por eso, el alcalde de Reus, Carles Pellicer, anunció hace pocos días, en la XXVII Trobada de Misericòrdias, que el Ayuntamiento estudiará la aplicación de incentivos para mirar de revertir la situación y que propondrá al grupo cultural, por otra parte, encendió una de las tronadas que retumban por Sant Pere.
A medida que iban llegando a la plaza del Santuario, los diferentes elementos hacían sus bailes individuales entre la multitud que los había acompañado durante el recorrido, pero no la conjunta. Y es que la bajada matinal atrae a los pequeños y los que no lo son tanto para disfrutar en plenitud del ritmo del Ball de Prims, la solemnidad que desprende la Àliga, el paso animado del Basilisc o la ternura de la Mulassa.
A todos ellos los esperaba aquí un nuevo paro técnico, en forma de la comida de Fiesta Mayor que reúne los grupos festivos de la ciudad, antes de acabar de hacer estallar la fiesta por la tarde, tal como marca la tradición, durante la tarde. Seguro pudieron tener ocasión de coger fuerzas para acabar de hacer vibrar esta Misericòrdia 2019 desde la plaza y en el interior del Santuario.