Misericordia 2019
Cerca de 170 diablos y 6.000 'carretilles' iluminan la Misericordia
El encendido de la Víbria y el Drac y la muestra piromusical ponen el punto final a la Fiesta Mayor, entre fuego y tradición, al pie del Santuari
Unos 170 diablos llevaron ayer el fuego la en plaza del Santuari de Misericòrdia en su día más esperado del año. Porque «es nuestra fiesta» y porque «invertimos todos los esfuerzos», tal como apuntaba el 'cap de colla', Roger de la Cruz, hace pocos días, el Balls de Diables de Reus prometía ofrecer ayer a los reusenses y reusenses la Bajada y la Carretillada más potentes. Y no decepcionó. Al acabar este 25 de septiembre, se habían quemado cerca de 6.000 'carretilles' que habrán estado unas 10.000 en el global de la Fiesta Mayor.
La Bajada es el acto que más diablos del mismo grupo colecta en toda Catalunya, en el global del ámbito del fuego. Unos 25 de los 170 que ayer acabaron de hacer estallar la Misericordia eran particulares y la mayoría, de Reus. El Ball de Diabloes se hizo esperar pero irrumpió para iluminar la plaza con su representación de la lucha entre el bien y el mal, que cautiva a todo el mundo desde la Bajada. La multitud que esperaba su llegada junto al Santuari se contagió, igual que cada año, del espíritu de los diablos en una Carretillada espectacular. Y el encendido de la Víbria y el Drac, pusieron el colofón a la cita antes de que se encendiera la fachada del Santuari.
Este 2019, los avisos de honor fueron dedicados, por elección de los miembros del Ball de Diables, al Ball de Valencians, «en conmemoración del 60º aniversario de su recuperación»; Reus Refugi, «en reconocimiento a su tarea social en solidaridad y ayuda con las personas refugiadas»; y Àngels Ollé, a título póstumo, «por su dedicación a la renovación pedagógica de la escuela catalana». La familia de Ollé también recogió, la semana pasada, la Medalla de la Ciudad que le había sido otorgada.
Después de que todo estallara, el piromusical despidió la Fiesta Mayor. Se tuvo que iniciar dos veces, después de que el primero quedara inesperadamente interrumpido, y arrancó al ritmo de Resistir es vencer , de la Compañía Eléctrica Dharma, y Millonaria de Rosalia.
La solemnidad del Águila
El Águila había accedido al Santuari al punto de las ocho de la noche. Lo hizo con el portador Ivan Pons, uno de los históricos de la entidad con más de 20 años de trayectoria y que ayer puso fin a su participación en este aspecto. El Águila ofreció a la virgen, bajo la atenta mirada de los afortunados que habían conseguido hacerse a tiempo un sitio dentro del templo, el baile solemne corto, que contó con el acompañamiento de la Cobla Reus Jove. El canto de los gozos de la Virgen de Misericordia, a cargo de la Cobla Reus Joven y de los cuales se habían podido oír los primeros versos por la mañana coincidiendo con la misa, acabó de completar la parte más tradicional de esta Fiesta Mayor. Antes de que el Águila tomara el protagonismo, los Xiquets de Reus habían hecho un ejercicio de confianza que permitió ver un 3d8, un 4d8, un 5d7 y también dos pilares. El buen papel tendrá que empujar al grupo de cara a la Festividad del MErcadal, que tendrá lugar este 5 de octubre.