La iniciativa 'Ciència al Teatre' llena el Bartrina de humor y divulgación
Seis estudiantes de doctorado participaron en esta propuesta de la URV para divulgar el mundo de la ciencia entre los más jóvenes
Explicar como dependiendo del tipo de alimento que comamos podemos controlar o estimular el hambre con escenas de la película Los Juegos del Hambre fue sólo uno de los muchos momentos brillantes que nos dejó ayer el Concurso Vols saber què investigo?, organizado por la URV en el marco en la Semana de la Ciencia que tiene lugar estos días. Seis doctorandos y doctorandas se enfrentaron a un reto poco usual pero muy atractivo, explicaron en el escenario del Teatro Bartrina su proyecto de investigación o ámbito de investigación en un monólogo comprensible y a poder ser divertido.
La dificultad residió en ser capaz de adaptar el lenguaje científico a gente sin conocimientos específicos, utilizando únicamente las habilidades comunicativas personal. Y delante de estos valientes monologuistas, un público exigente, estudiantes de diferentes institutos del Camp de Tarragona, con diferentes niveles de conocimiento sobre ciencia pero con muchas ganas de escuchar un formato bien diferente del que están acostumbrados en las aulas.
Instantes antes de salir al escenario, momentos de nervios entre los participantes pero mucha ilusión de explicar el trabajo que realizan como investigadores. Valor y a escena. Ya no hay tiempo para pensárselo y el espectáculo empieza. La autora del símil de los alimentos con el film inspirado en la trilogía de Suzanne Collins, fue Carme Grau, estudiante del Doctorado de Nutrición y Metabolismo que subió al escenario con mucha confianza. «Creo que este es un buen formato para motivar a los estudiantes de los institutos a estudiar ciencia, también nos lo pasamos bien y puede ser divertido» explica la joven a este medio.
Enric Petrus, doctorado en Química Computacional, justoantes de salir al escenario con su monólogo Urani, t'excites?, explica que vive la experiencia «como un pequeño reto porque no lo ha hecho nunca», salvo cuándo ha salido a escena a tocar el saxo, otra de sus pasiones. Se acuerda, de que «como científico, también tenemos el deber de hacer divulgación». Y cuándo sale, vestido con su bata blanca de científico: dinamismo, seguridad absoluta y originalidad para hablar de las reacciones del uranio y de la tabla periódica. Parece profesional. Y es él quien se llevará finalmente el primer premio del jurado.
Bajo el título Tants anys estudiant per acabar a pico i pala, Joel Ametlla, arquitecto y doctorado en Ciutat, Territorio y Planificación Sostenible, lleva un monólogo inspirado en su abuela que con toda la buena intención «me pregunta a menudo cuándo me buscaré un trabajo de verdad». Y es que, Joel trabaja buscando restos de la guerra civil y a menudo su jornada no tiene horario fijo, llega sucio a casa o pasa frío o calor, lejos de despachos. Joel se mete al público en el bolsillo y además de ganar el segundo premio del jurado, se lleva el premio del público que ha ido votando durante el espectáculo.
Los otros participantes también se marchan satisfechos con el apoyo del público. Claro Galiè, estudiando Doctorado de Nutrición y Metabolismo, subió a escena con Somos lo que comen nuestras bacterias. Miguel Angel Orden estudiando de Ecuador habla de La Empatía en la Tecnologia y José Ignacio Sánchez, procedente de Venezuela también interpreta con seguridad su monólogo Comunicando la marca de ciudad.
Toda una mañana de monólogos científicos en torno al mundo de la ciencia. Y para poner la guinda del pastel, los monologuistas profesionales de Big Van. Científics sobre rodes,un grupo de investigadores de día, monologuistas científicos de noche que explicaron diferentes teorías con mucho humor. La investigadora y actriz Ana Peiró y el biotecnólogo Alberto Vivó Porcar dibujaron sonrisas en una mañana teatral a la vez que científica.