Movilidad
El Raval de Santa Anna aprueba el primer fin de semana sin coches
Los vecinos y comerciantes valoran positivamente el primer fin de semana de la prueba piloto y creen que en tres meses se demostrará si tiene que ser definitiva
Elraval de Santa Anna ha pasado el primer fin de semana cerrado al tráfico. Esta nueva medida se estrenó el pasado viernes 29 de noviembre y la valoración general de los vecinos es bastante positiva. Casi todos coinciden en que el uso exclusivo delraval a los peatones favorece el comercio y permite una cierta comodidad a los usuarios y sobre todo a las familias que acostumbran a pasear por el centro. La reducción de la contaminación, tanto atmosférica como acústica es también otro punto a favor.
En la presentación del proyecto, el Ayuntamiento aseguró que esta prueba piloto es una idea surgida directamente de los propios comerciantes. Los comercios de la zona, aunque admiten que es pronto para hacer un balance definitivo, están de acuerdo en que puede ser una medida que revitalice y aporte más vida al centro de la ciudad. Entre las opiniones, surge a menudo la comparativa con otras ciudades que tienen también implantada esta estructura y que resulta todo un éxito. El propietario del comercio Santi Per, Roger Moix, asegura que «en muchas ciudades europeas, el casco antiguo es zona para peatones y funciona, la gente se adapta rápido».
Por otra parte, hay negocios como el parking Simonet que se encuentran perjudicados por el cambio. El propietario de este, asegura que es una medida notificada y ejecutada sin suficiente tiempo previo y que traemucha problemática a los usuarios de sus aparcamientos. Además, el proyecto comporta la necesidad de modificar la dirección de la entrada al parking y, por lo tanto, una gran inversión de capital por parte de la empresa.
Otros comercios encuentran que es una buena propuesta y que la prueba piloto demostrará si efectivamente tiene que ser definitiva. Están a la espera, pues, de cómo transcurren estos tres meses de campaña de Navidad para ver la afectación global del cierre.
Algunos vecinos están de acuerdo que el uso exclusivo del raval a los peatones permite una ciudad con un centro más acogedor, tranquilo y atractivo. Muchos de ellos señalan que la contaminación tanto acústica como atmosférica era muy elevada y que, de esta manera, queda más controlada. Además, se evitan así los atascos que se acostumbran a provocar en la zona, por la acumulación de vehículos a horas punta.
La propietaria de la tienda SomSis, Gemma Gual, afirma que «a la gente de aquí les gusta mucho pasear por el centro, y con esta nueva propuesta, si vas en familia y con niños, ya no tienes que estar vigilando que no canvien de acera, yde esta manera se hace más ancha. Todo queda mucho más bonito, cerrado». Algunos reusenses, sin embargo, consideran que elraval de Santa Anna no es tan céntricani tiene suficiente exceso comercial para tener que cerrarla. Además, el acceso en coche ahora resulta mucho más complicado. Àngela Moreno, cliente habitual dice que «está bien que el centro sea para los peatones pero en esta zona no hace falta. Para llegar en coche es un inconveniente. No hay un exceso de comercio aquí para esta medida».
Los tenderos que están a favor, sin embargo, destacan la necesidad de una valoración posterior a la campaña de Navidad para poder decidir si esta tiene que ser una medida definitiva y que elraval de Santa Anna quede permanentemente cerradaal paso de vehículos. Una obra que consideran que no es muy difícil, ya que sólo se tendría que nivelar la acera.
«Me parece bien que se haga una prueba piloto porque probando se verá realmente si eso vale la pena o no afirma» Roger Moix.