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Bienestar

La residencia de Horts de Miró de Reus abrirá el lunes, después de siete años construida

Se activan 29 camas conveniadas del total de 58 en una sola planta, los empleados se incorporarán este fin de semana y el día 9 entrarán a los primeros usuarios

El alcalde, Carles Pellicer, y la concejala de Bienestar, Montserrat Vilella, visitaron el edificio.

La residencia de Huertos de Miró de Reus abrirá el lunes, después de siete años construidaOlívia Molet

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La residencia de Horts de Miró abrirá puertas, finalmente, este 9 de diciembre, siete años después de haber culminado la construcción del edificio y al desenlace de otros dos de trámites para la puesta en funcionamiento, con 29 plazas todas ellas conveniadas.

Los primeros cuatro usuarios, tal como detallaba ayer la concejala de Bienestar Montserrat Vilella, se instalarán en el equipamiento el lunes. Después, se irán haciendo entradas progresivas hasta que las 29 plazas queden ocupadas, probablemente en enero. El resto hasta llegar a las 58 camas de la capacidad total de la residencia «las solicitaremos, si nos tocan por territorio, cuando la Generalitat abra nuevas».

Con respecto a las 20 plazas de centro de día con qué también cuenta el mismo edificio, estas «están disponibles» ya pero serán privadas. El centro se reparte en la segunda, tercera y cuarta planta del edificio entre las calles Maria Antònia París y Aiguanova, encima de la CAP Horts de Miró y cuenta con 34 habitaciones –17 por planta, cinco individuales y 12 de dobles– donde están distribuidas estas 58 camas.

El fin de un largo periplo

El alcalde de Reus, Carles Pellicer, apuntaba ayer en una visita a la residencia que «cumplimos el compromiso con la ciudadanía aunque somos conscientes del retraso» y que «no ha sido fácil, por cuestiones diversas, jurídicas y la situación económica». Vilella, a su vez, apuntaba «la aplicación del 155» como uno de los factores decisivos en la demora, así como «administrativos».

«La confirmación que al fin y al cabo estaba en orden», añadía a la concejala de Bienestar, «la tuvimos el viernes pasado y, por eso, hemos fijado el día 9 como fecha de apertura». Tanto ella como Pellicer celebraban ayer con cautela lo que parece el final del periplo para la activación del equipamiento para la tercera edad.

Unos 20 empleados, tanto de atención directa como indirecta, se incorporarán a partir del fin de semana a la residencia para completar los preparativos de cara a la llegada de usuarios. En el sótano de la residencia están los servicios generales del edificio como cocina, lavandería, almacén, vestuarios de personal y las salas de instalaciones.

En la planta baja se encuentra el acceso. En la segunda planta hay el comedor general, la sala de estar del centro y servicios específicos como son las salas de podología, peluquería, sala de gimnasio y rehabilitación, sala de terapia ocupacional y vestuarios de los usuarios del centro de día.

En las plantas tercera y cuarta, que son iguales, hay las habitaciones, sala de estar y de baño asistido. El coste de las camas es de unos 1.384 euros para los usuarios de grado I, unos 1.651 euros para los de grado II y cerca de 1.869 euros para los de grado III, pero este no es el importe que los residentes abonan ya que se trata de plazas concertadas, que los precios van en relación en las pensiones y que se respeta siempre una cantidad para dinero de bolsillo. En una primera fase accederán al centro los residentes y, más adelante, los usuarios de estas 20 plazas de centro de día.

Desde el sindicato USITAC, que ha mantenido en los últimos años una intensa lucha para la activación del equipamiento, explicaban ayer, al conocer que la apertura ya tiene una fecha, que «nos congratulamos de que la residencia al final abra» pero valoraban como «vergonzoso» el hecho de que «se haya tardado siete años en abrir y no se abran las 58 plazas». Y expresan que «nos habría gustado que la residencia abriera a plena capacidad» y que «en este tiempo ha quedado claro que la privada siempre va antes que la pública».

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