El folk feliz de 'El pony pisador'
El grupo de música folk especializado en ‘sea shanties’ o música de trabajo marinera actuará el sábado en Reus
«El Pony Pisador somos un grupo de folk en el sentido menos ortodoxo de la palabra, pero también somos un grupo de folk en el sentido más amplio de la palabra. En definitiva, tu grupo de folk de confianza».
Con estas palabras define El Pony Pisador Guillerm Codern, miembro del grupo formado por cinco jóvenes barceloneses que acaba de publicar su segundo trabajo, Matricular una galera (Coopula 2019), que se presentará en Reus este mismo sábado. Tal como detallan los músicos de la formación, se trata de un viaje por el mundo a través de la música marinera y las melodías folk, con sonoridades e influencias desde el swing a la habanera, pasando por las danzas búlgaras o el heavy metal. El Pony Pisador es el primer grupo de la península en cantar sea shanties (canciones de trabajo marineras) y el único al actuar en festivales internacionales del género. También han explorado y combinado géneros como el yodel (creando la primera canción de yodel en catalán) o los cantos armónicos tuvans.
Este trabajo llega tres años después de su primer disco, Yarr’s i Trons (autoeditado 2016), que los llevó a dar conciertos al Reino Unido, Alemania, Holanda y los Estados Unidos.
La formación la integran Adrià Vila, Miquel Pérez, Martí Selga, Ramon Anglada y el mismo Guillem Codern. La banda se formó por la iniciativa de Adrià y Ramon, amigos de la escuela que decidieron montar un grupo que sonara a «música de fiesta de hobbits», dado que los dos eran grandes aficionados al imaginario del Señor de los Anillos –El Pony Pisador es el nombre de una taberna que aparece en la zaga de John R.R. Tolkien.
«Al final resultó que montamos un grupo de música irlandesa, y a partir de aquí fuimos estirando el hilo y empezamos a hacer diferentes tipos de música folk», detalla Codern. Al cabo de poco se fueron incorporando el resto de músicos. Con el grupo ya formado, el quinteto apostó por aprender las sonoridades de los lugares que querían evocar, hecho que los llevó a viajar por toda Europa. Los dos pilares del grupo son que nos gusta mucho aprender y viajar. Y, si podemos viajar aprendiendo, mejor», asegura al músico. El resultado es un virtuosismo excepcional tanto en el canto como en los instrumentos. Un virtuosismo que combinan a la perfección con un carácter desenfadado y un sentido del humor contagioso, que también es emblema de la formación. «Nos gusta que pasen cosas que la gente no espera», aseguran.
Estos meses de enero y febrero el quinteto barcelonés están actuando en locales de toda Cataluña mostrando este trabajo, y el próximo sábado, 15 de febrero, lo harán en el Casal Despertaferro de Reus, a partir de las 19.30 h. «Será un concierto muy frenético, con ocho músicos en el escenario, ocho instrumentos y cinco voces. Será un viaje, pero también hora y media de concierto en qué tanto te podrás 'petar' de risacomo emocionarte», pronostica Guillem.