Diari Més

Tradiciones

El Rey Carnestoltes LX y la Cuaresma reusense dan una oportunidad al amor

Hacen un pacto para vivir juntos el Carnaval que el monarca no romperá ni que me ofrezcan la Diputación»

El Carnaval conoció ayer la Quari mientras acababa la mudanza por instalarse en Reus.

El Rey Carnestoltes LX y la Cuaresma reusense dan una oportunidad al amorOlívia Molet

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Por Carnaval, en Reus, cualquier cosa es posible. También el amor entre el Rey Carnestoltes y la Cuaresma. El Cárnico y la Quari se encontraron ayer, a última hora, en el Mercadal, con el monarca terminando la mudanza para instalarse en la que será su casa durante los próximos días y ella refunfuñando con las vecinas ante el repentino estallido de esta «fiesta insoportable». El rey insistió en conocer a quien le parecía «uno mujer muy y muy bonita, con siete piernas larguísimas» y ella repasó el repertorio de excusas más local: «No podrá ser, tengo que ir a acabar sola las obras de la Boca de la Mina, a repartir linternas a quién no tenga luz y a arreglar el césped del campo de fútbol del Reus Deportiu».

Al final, el Cárnico la invitó a «acompañarme a todos los actos del Carnaval y, después, si no te gusta, no me tendrás que ver nunca más». Aunque la Quari, de entrada, desconfiaba de la propuesta, él le hizo la promesa más firme. «Mantendré el pacto aunque me ofrezcan la presidencia de la Diputación», aseguró el Rey Carnaval, y ambos subieron a ofrecer el pregón del Carnaval 2020 desde el balcón del Ayuntamiento. El romance hizo crujir fuegos artificiales en el palacio municipal.

A pesar de haber llegado ayer mismo, en una entrada organizada por los grupos La Trepa Bimbirimboies i Farts de Olla y por Rebullits Teatre, lo que será el Rey Carnaval LX ya se conoce la ciudad de sobra. Alusiones a los poliligeros del Cèlia Artiga y Joan Rebull, los «pasajes donde falta iluminación», la obligación de remojar con agua las micciones de los perros, menciones la suerte navideña de El Cachirulo y la reivindicación de Gaudí como «ilustre reusense. No, como dicen, de Riudoms...» dejaron buena muestra de como de rápidamente se ha integrado en el municipio. Y para acabar de ponerse al público en el bolsillo, apostó por un clásico que no falla, el del «barrio marítimo, que le llaman capital».

El Rey Carnaval irrumpió en el Mercadal en un coche descapotable, precedido por su guardia bien solemne, y se paseó por la plaza saludando personalmente a todos sus súbditos. También se dirigió al alcalde Pellicer, y le preguntó «qué tal va»?. «Espero que serenado, no como cuando explotó la industria de aquí al lado», dijo. Y concluyó felicitando a los políticos por «como os repartís las sedes. Tenemos ahora en Tarragona la Diputación de Reus».

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