La mezquita As-sunnah cierra y se paran las clases en la escuela anexa

Desde el 15 de marzo, dos días después de haber anunciado la suspensión de la oración del viernes –la más multitudinaria de la semana– en el marco de las acciones de control del coronavirus, la mezquita As-sunnah de Reus mantiene las puertas cerradas y ha cesado toda su actividad. Antes, ya se habían parado las clases de árabe donde se forman regularmente cerca de 230 niños y también el resto de enseñanzas que se imparten en la nave anexa, al polígono Granja Villa.

La comunidad se ciñe así a «las recomendaciones de la Consejería de Salud, los Mossos d'Esquadra y el Ayuntamiento», tal como detalla el comunicado dirigido a los usuarios de las instalaciones de la calle Tolerancia. En la misma situación se encuentran los «casi 40 centros» dedicados al culto islámico a la demarcación de Tarragona, ahora «también cerrados, como a toda Cataluña y seguramente en España», explica el portavoz de la Asociación de los Musulmanes de Reus y Comarca, Mohamed Said Badaoui. La fecha de vuelta era el día 27 pero la prolongación de la cuarentena obliga a esperar para analizar si recuperar la normalidad es viable.

«Aunque no esté en la mezquita, cada uno puede rogar en su casa y eso es lo que hacemos», detalla Badaoui, que insiste que «tal como nos han indicado, ahora toca no salir y este es el mensaje que intentemos hacer llegar a nuestras comunidades, así como que sigan las instrucciones de los cuerpos de seguridad y la administración». As-sunnah no se ha planteado, hasta el momento, el uso de herramientas online por la plegaria. «La religión recomienda a las personas que, si disponen de tiempo y capacidades, es mejor hacer la oración en congregación: ayuda a generar más hermandad, apoyo, detectar necesidades, preguntar si ha pasado alguna cosa cuándo alguien falta... Sin embargo, en esta situación, la prioridad es quedarse en casa», apunta al portavoz de los musulmanes de Reus.

Instrucciones en árabe

Las instrucciones de confinamiento están presentes entre el colectivo musulmán, aclara Badaoui, que recuerda que «la Generalitat ha redactado carteles en árabe, los cuales difundimos a través de las redes» y, así, «podríamos decir que llegan a todo el mundo».

Inspirada en una iniciativa del Centro Cultural Islámico Catalán, con sede en Barcelona y que desde hace días elabora y entrega mascarillas a personas mayores y personas del barrio, a la comunidad de As-sunnah «se nos había ocurrido realizar la misma actividad aquí, con voluntarios que lo quieren y aprovechando el espacio de nuestra escuela, pero desde el Ayuntamiento nos han dicho que no era posible aunque en Barcelona esté funcionando, y tenemos que seguir las indicaciones». La mezquita tenía «voluntarios que habían llevado sus máquinas para coser y los materiales, los cuales nos habían sido dados de forma altruista por un bazar de Reus,» en cuanto que «sólo era ponernos», añade Badaoui, que dice que «cuando hemos preguntado a las autoridades y la administración, nos han dicho que no está permitido, aunque el espacio es de más de 250 metros cuadrados y las personas que se dedicarían son cinco, estarían a más de dos metros y llevarían guantes y mascarilla». La tela «es con un mínimo de 50% de algodón, como en el Centro Cultural Islámico Catalán» y las mascarillas «ni que fueran como las de los hospitales, podrían aportar a la gente que va por la calle, porque ha necesitado y la gente pregunta».

En un contexto en qué las órdenes sobre qué se puede hacer y qué no varían cada día, «si en cualquier momento se nos permitiera, estamos dispuestos a empezar». El gobierno de Reus ha anunciado que trabaja en un registro de voluntarios y que «se están recogiendo ofrecimientos y se les dice que nos pondremos en contacto con ellos; se abrirá un espacio para regularlo a la web municipal».