«Las mezquitas han cerrado porque saben que se trata de proteger la salud»

—Cómo se está viviendo en la comunidad islámica el estado de alarma y la orden de confinamiento?

—La orden es igual para todos y, por lo tanto, de obligado cumplimiento sin distinción, lo cual hace que, con todas las dificultades que eso comporta, posiblemente también esté sirviendo para acercarnos los unos en los otros sin distinción de nacionalidad o religión. Evidentemente la comunidad musulmana y, en concreto, la marroquí están comunicados entre ellos de forma muy homogénea y ayudados por los medios de comunicación, las autoridades locales y las nuestras de propias. Las nuevas tecnologías facilitan esta comunicación que en tiempo de confinamiento ayuda enormemente.

—Cuál es la situación actual en el Marruecos con respecto al coronavirus?

—En Marruecos, sobre la base de las malas experiencias habidas en otros países, se tomó de manera urgente la medida de confinamiento, lo cual ha hecho que se esté frenando la propagación de la pandemia bastante eficazmente, aunque, como todos sabemos, nunca hay certeza total sobre como será el desarrollo en nuestro país. A día de hoy (viernes pasado, 27 de marzo), el número de casos confirmados de coronavirus en Marruecos asciende a 275, con 50 nuevos casos registrados durante las últimas 24 horas. Se registraron cuatro nuevas muertes que ahora representan un total de 10 casos de muerte. Un nuevo caso de curación eleva el número de personas declaradas curadas a ocho. El 72% de los infectados tienen más de 40 años y se excluyeron 931 casos después de pruebas de laboratorio negativas. Hasta 2.341 contactos todavía están bajo supervisión médica y otros 669 han completado el periodo de control.

—Qué supuso el cierre de las fronteras?

—Por|Para instrucciones de Su Majestad el Rey Mohammed VI, el gobierno marroquí ha tomado una serie de medidas decisivas para limitar la propagación del coronavirus. Desde la aparición del coronavirus en Marruecos el 3 de marzo, las autoridades marroquíes han aplicado una batería de medidas preventivas. Entre ellas, el cierre de escuelas, cafeterías, restaurantes, bares, hammams, clubs deportivos e incluso fronteras aéreas y terrestres. El 13 de marzo, Marruecos ha suspendido el tráfico de pasajeros por vía aérea o marítima. Los cierres de fronteras siempre son barreras para las poblaciones, y en este caso que se han ido produciendo gradualmente en la mayoría de los países han causado un caos de movilidad para las personas, con todos los inconvenientes que comporta especialmente para aquellos que se encuentran temporalmente desplazados por todo el mundo por motivos de trabajo o de ocio. No obstante, es importante seguir manteniendo todas las medidas de seguridad sanitarias y las fronteras abiertas a mercancías dado que, en un mundo internacionalizado, paralizar el mercado de mercancías tendría graves consecuencias para todos.

—En Tarragona, así como en España, las mezquitas han tenido que detener la actividad. ¿Qué repercusión tiene eso?

—Las personas tenemos rutinas que hemos tenido que cambiar radicalmente: desde nuestra manera de trabajar a nuestra manera de convivir. Por descontado, el cierre al culto en mezquitas no tendría que ser ningún problema más allá de las costumbres sociales de nuestro rezo en la mezquita. No obstante, un musulmán puede seguir su rito religioso en su casa o en su lugar de trabajo como ya se hace habitualmente, con lo cual no plantea repercusiones sociales, igual que seguro que tampoco las presenta para los cultos de otras religiones. En Marruecos, el cierre de las mezquitas es una fetua decretada por el Consejo de Ulemas, la alta autoridad que tiene el monopolio de las consultas religiosas, que tomó esta decisión valiente y sin precedentes a petición de Su Majestad el Rey Mohammed VI, comandante de los creyentes. Por lo tanto, la decisión de cerrar todos los lugares de culto se tomó en el nivel más alto del estado con el objetivo de detener la pandemia del coronavirus. En Tarragona, no hemos tenido gran dificultad con los responsables de las mezquitas para que cierren. Entienden que se trata de proteger la salud y el bienestar de los ciudadanos y que no es normal poner en peligro las vidas manteniendo el rito de oración grupal. La religión musulmana no impone la oración grupal en esta situación que es tan particular.

—También han surgido, estos días, iniciativas solidarias como la de la mezquita As-sunnah de Reus, que cose mascarillas para las personas que no tienen. ¿Cómo lo valora? ¿Conoce otras propuestas similares?

—Son muchas las manos que se han ofrecido para coser mascarillas. Varias mujeres marroquíes en Tarragona han contribuido a coser y distribuir cantidades significativas de mascarillas para varios hospitales y policías. Vemos que hay gente solidaria y encantadora. A cualquier acción solidaria tiene que dársele un aplauso y reconocimiento por parte tanto de los que la reciben de manera directa como los que la vivimos de manera indirecta. Ojalá eso sirva como una acción más de acercamiento entre personas, que en situación de normalidad, ni sabían que estaban aquí.

—La Generalitat edita consejos en diferentes lenguas y en árabe. ¿Tiene la comunidad acceso a toda la información?

—Tanto por parte de la Generalitat como por parte de este consulado general, nuestros compatriotas tienen a disposición toda la información posible, de manera que podamos contribuir tan bien como sea posible para erradicar entre todos esta grave pandemia. Hemos puesto un número de teléfono para atender la comunidad marroquí e informarla.

—Existe algún protocolo, con respecto a la repatriación del cuerpo o entierro en España, si se produjera alguna defunción a raíz del coronavirus?

—Ahora mismo hay que someterse, en esta materia, a lo que dicten las autoridades sanitarias de España y estamos en permanente contacto de manera que podamos encontrar la mejor solución posible si, por desgracia, surgiera algún deceso en nuestra comunidad, tanto si es por efecto del coronavirus o por causas naturales. De momento, sin embargo, se tiene que tener en cuenta que la repatriación en el país de origen de los cuerpos de los muertos que han muerto después de una infección por|para el coronavirus o que han muerto sin infección, no es posible hasta la fecha de hoy. Ciertas disposiciones rituales no se pueden organizar así que no se puede realizar el ritual funerario.

—La normativa que permite mantener, excepcionalmente, el DNI caducado se aplicaría también al NIE? La cuestión ha generado dudas.

—Está claro que, con el decreto de estado de alarma, las situaciones administrativas se van adaptando a las necesidades de la sociedad y de la excepcional situación que tenemos. En el caso del DNI y otros documentos, se han prorrogado de manera automática y en el caso del NIE estamos proponiendo que se aplique la misma medida.

—Cómo está siguiendo toda la emergencia en el consulado? ¿El consulado ha tomado alguna medida?

—El consulado ya no ofrece servicios administrativos a la comunidad marroquí, primero para estar él mismo confinado y para estar paralizada tanto la administración marroquí como la española. Sigue abierto el consulado general por|para casos de emergencia pero el número de funcionarios está muy reducido. En total somos 23 funcionarios y sólo acuden tres personas, yo y dos personas más. Hemos contratado en una empresa para desinfectar el local del consulado como medida de precaución y los funcionarios todos tienen mascarillas, guantes y hielo|gel desinfectando a su disposición.

—Qué pasos ha ido realizando Marruecos en esta crisis sanitaria?

—Su majestad el Rey Mohammed VI ha ordenado la creación de un fondo especial dedicado a gestionar la pandemia de coronavirus. Estará dotado con 10 mil millones de dírhams (934 millones de euros) y tendrá que financiar «la asunción de los gastos de actualización del dispositivo médico, en términos de infraestructuras adaptadas y medios adicionales para adquirir, en la emergencia». Más allá del componente de salud, este fondo especial tendría que usarse para dar apoyo a la economía de Marruecos. Se han establecido 1.120 camas|lechos para acomodar posibles casos de Covid-19, incluidas 250 camas|lechos que se reservan para reanimación en casos en que la esperanza de vida podría estar comprometida. Se han tomado medidas sociales, económicas y fiscales.