La Casa Navàs pica piedras por el capcer y la Iglesia de Sant Joan reanuda la fachada

Las diferentes restricciones derivadas de la emergencia sanitaria por la Covid-19 congelaron, también, algunas obras de restauración de patrimonio que se habían iniciado antes del decreto de alarma. Al menos una parte de ellas recuperan la actividad estos días, ni que sea parcialmente, mientras que otras continuarán pausadas hasta que haya más luz sobre la evolución de la pandemia. Dentro del primer grupo se encuentra la Casa Navàs de Reus, a la que la crisis del coronavirus enganchó con los movimientos de reconstrucción del capcer ya en marcha. El martes, los picapedreros abrieron de nuevo su taller para seguir progresando con las once piezas –cinco plafones y seis pináculos– necesarias para realizar la intervención. En una situación similar se encuentra la Iglesia de Sant Joan de Reus, inmersa en una actuación reparadora sobre su fachada que espera «recomenzar» hoy mismo «con todas las medidas necesarias».

Tal como explica la directora de la Casa Navàs, Sílvia Sagalà, los picapedreros que trabajaban en las piezas para reconstruir el capcer de esta joya modernista «han tenido que estar parados unas semanas» sin embargo «al levantarse algunas de las restricciones del decreto de alarma, pudieron volver el martes a sus talleres». El calendario de la intervención en el edificio de Domènech y Montaner preveía que «cuando faltara poco para acabar las piedras, se iniciara el trabajo en la Casa Navàs para preparar la fachada y el tejado y, después, se montaría todo». Ahora, sin embargo, el proyecto está condicionado por la situación general de las obras, aunque la tramitación de las licencias ya se inició. Si no hubiera ningún tropiezo, la reconstrucción podría quedar acabada hacia finales de mayo. Las características de los trabajos son compatibles con la entrada de visitantes en la casa, aunque es improbable que lleguen a coincidir, igualmente, por las nuevas normas vinculadas a la Covid-19.

La situación de los donativos

A finales de octubre, la Iglesia de Sant Joan de Reus empezó obras por reforzar su fachada. Después de un paro por el coronavirus, mosén Pere Dalmau explica que los trabajos se tendrían que reanudar hoy mismo, eso sí, añadiendo ahora todas las medidas de protección pertinentes. El proyecto, presupuestado en cerca de 260.000 euros, está ahora «a la mitad» y «preocupa qué proceso podremos hacer», ya que «las condiciones han cambiado y tenemos que ver como programar y afrontar el futuro». Por eso, la parroquia no se fija fechas. La cuestión de los donativos que servía para sufragar parte de la actuación también se ha visto afectada porque «habitualmente se hacen en mano y es evidente que ahora no estamos en eso» aunque «también se puede hacer a través de ingresos bancarios».

El Anfiteatro, parado 'sine die'

Las obras que se hacían en el patrimonio monumental de Tarragona quedaron paradas a causa de la pandemia por coronavirus, pero aunque desde este pasado martes se pueden reprender, el Ayuntamiento manifestó ayer que los monumentos continuarán cerrados sine die. La intervención más destacada era la que afectaba al Anfiteatro, edificio del siglo I que requiere diferentes actuaciones con el fin de consolidar estructuras y, sobre todo, atacar con carácter de urgencia el sector más próximo a las Escaleras del Milagro y la plaza Arce Ochotorena. De hecho, en este espacio ya se iniciaron las obras de consolidación, pero la llegada de la pandemia obligó a pararlas. El concejal de Patrimonio Histórico, Hermán Pinedo, se limitó a manifestar que las obras seguirán paradas y no se sabe cuándo se reprenderán. El Anfiteatro de Tarraco, el monumento más visitado de la ciudad, ya estaba parcialmente cerrado al público antes de la pandemia y sólo se abría el sector del mirador.