Infraestructuras
Un error de la torre, causa del incidente entre un avión y una avioneta en el Aeropuerto de Reus
Aviación Civil cierra la investigación sobre el episodio ocurrido en el 2019 y apunta que «los controladores perdieron la conciencia situacional de los tráficos»
La Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de la Aviación Civil (CIAIAC) ha emitido su informe final en relación al episodio ocurrido el 12 de mayo del 2019 en el Aeropuerto de Reus, cuando las trayectorias de un avión comercial y una avioneta convergieron y la situación obligó una de las aeronaves a realizar una maniobra evasiva.
En el momento de los hechos, en la torre había «un controlador que se encontraba recibiendo formación en el puesto de trabajo» y que «estaba siendo supervisado por un controlador instructor». Ambos tenían las pertinentes licencias habilitadas y en vigor. El mismo día, «se había asignado un área para vuelos de exhibición a una zona muy próxima», la playa del Miracle. La CIAIAC, que depende del Ministerio de Transportes, recoge en las conclusiones de su investigación que el incidente entre las aeronaves «fue causado porque el controlador que estaba bajo instrucción y el controlador instructor perdieron la conciencia situacional de los tráficos bajo su control» e identifica como factor contribuyente «la asignación, por parte de AESA en coordinación con ENAIRE, del área de vuelos de exhibición». En el episodio se vio implicado, según concreta la misma documentación, un Boeing 373-86N de Jet2, procedente de Manchester y con seis tripulantes y 186 pasajeros a bordo. Y también una avioneta Diamond DA20-C1 con un tripulante y operada por Aero Link Air Services.
A menos de 1.000 metros
El 12 de mayo, el vuelo de Jet2 ya había frustrado una maniobra de aterrizaje anterior porque «no estaba estabilizado» y estaba «en el tramo de alejamiento para realizar una nueva aproximación a la pista 25, en 3.800 pies de altura». Por su parte, la avioneta «se disponía a entrar en la zona de control» del aeródromo «a través del punto E». Aunque «la carta de aproximación visual establece que las llegadas por el punto E se realizan a una altura máxima de 2.000 pies», en aquel momento «la aeronave había sido instada por el controlador a mantener una altura de 3.500 pies o superior a causa de que había una exhibición de vuelos acrobáticos sobre Tarragona» y «en el momento del incidente volaba a 3.800 pies». El informe precisa que «el controlador instructor decidió configurar el radar de la torre de control para mostrar solamente el espacio ATZ (zona de tráfico de aeródromo) de Reus» y que «ni el controlador que recibía formación ni el instructor fueron conscientes del posible conflicto». Entonces, «las trayectorias de ambas aeronaves convergieron y el avión de Jet2 recibió una alerta TCAS RA (un aviso de resolución del sistema anticolisión) y activó una maniobra evasiva que resolvió el conflicto».
La distancia horizontal entre las dos aeronaves llegó a ser «de 0,6 millas», es decir, menos de un kilómetro. Ni las personas ni las aeronaves sufrieron daños de ningún tipo. El avión de Jet2 volaba con piloto y copiloto británicos. Por su parte, la avioneta era dirigida por un alumno piloto de nacionalidad iraní y realizaba el circuito Sabadell-Reus-Girona-Sabadell. La tripulación del vuelo comercial declaró que «habían podido observar por la ventana cómo pasaba por debajo suyo el otro tráfico con un rumbo opuesto» y que «varios pasajeros comentaron a la tripulación de cabina la presencia» de la avioneta.
Elevada carga de trabajo
El controlador que recibía formación apuntó en la CIAIAC que el conflicto no se había podido anticipar «a causa de una elevada carga de trabajo» y a que «al ser Reus una torre monoposición, y suministrar el servicio de control de torre y de aproximación, hay que realizar múltiples trabajos simultáneos que a menudo difieren de la operativa: crear y modificar planes de vuelo, dar toda la información meteorológica, comprobar el correo de supervisión o responder a dos teléfonos de farola», entre otros. El controlador instructor también advirtió de «la elevada carga de trabajo debido a varias situaciones coincidentes».
Con motivo de la celebración de la exhibición de vuelos acrobáticos, «se había emitido uno NOTAM», un aviso con información sobre la modificación de cualquier procedimiento cuando el conocimiento de la cual es esencial para el personal encargado de las operaciones de vuelo. La medida «no es suficiente», según el informe, que recomienda «más medidas de seguridad». Enaire ya ha implementado algunas directrices para evitar que una situación similar vuelva a darse y la CIAIAC recomienda «que refresque a los controladores el procedimiento en caso de TCAS».