Patrimonio
La restauración del Castillo de Escornalbou se iniciará una vez pasada el verano
Unos 4.700 objetos del interior se guardarán en la Boca de la Mina de Reus mientras dure la segunda fase de obras para dedicar el recinto a usos culturales
Cerca de 4.700 bienes muebles que descansan dentro del recinto del Castillo Monasterio de Escornalbou, entre piezas de cerámica decoradas, un piano de cola de estilo alfonsino, armas y armaduras, esculturas, relojes de pared, textiles o pinturas, se trasladarán próximamente al espacio de almacén de que la Diputación dispone en el paseo de la Boca de la Mina de Reus. Este es, tal como detallan fuentes de la Diputación, el paso previo al inicio de la segunda fase del proyecto de restauración del castillo para destinarlo a usos culturales, centrada en la restauración monumental y que se pondrá en marcha «a finales de verano».
Entre los elementos que se tendrán que desalojar de la residencia de Eduard Toda para facilitar los trabajos hay objetos de diferentes tipos y épocas: figuras en forma de monje, piezas de orfebrería jaboneras, colecciones de ciencias, sofás, radiadores, biombos, relieves, puertas o piezas de taxidermia. Todos se ubican en la planta baja, la primera planta, la escalera y la buhardilla del edificio, además de algunas otras estancias. Han sido inventariados y serán etiquetados, con la finalidad de preservarlos mientras duren los trabajos en el castillo. Moverlos costará unos 75.000 euros.
La residencia, la iglesia y el acceso.
Con el traslado de los bienes muebles, se podrá dar el pistoletazo de salida a la segunda fase de las obras, que consiste en la restauración de los principales edificios que integran el conjunto monumental del Castillo Monasterio de Escornalbou. Los trabajos se dividirán en dos tramos. En primer término, se intervendrá en la residencia, donde se ejecutarán reformas en la planta noble, la buhardilla y la cubierta, y se preparará la planta baja para acoger aulas y servicios culturales. Y también en el arreglo del edificio destinado a lavabos y a cafetería, la Ermita de Les Tres Verges y el acceso al castillo monasterio.
En otra subfase de esta segunda fase, se realizará la consolidación estructural de la iglesia y las torres del castillo, se mejorará la accesibilidad en la residencia de Toda –donde también se rehabilitará la planta primera como oficina de gestión cultural–, se mejorará el paso hacia el Camino de los Frailes, se restaurará la Ermita de Santa Bàrbara y se actuará en el área de acogida del Castillo Monasterio de Escornalbou. La segunda fase de las obras en su total representa una inversión de 2,9 millones de euros, que estará en parte financiada por el Estado.
Todo transcurrirá de manera paralela a la culminación de los trabajos de la primera fase del proyecto, conocida como la Operación Baronía de Escornalbou, que afectan algunas infraestructuras y el entorno natural y que arrancaron con la subida del agua potable desde l'Argentera, en junio del pasado 2019. En concreto, se seguirá trabajando en una parte del muro del Camino de los Frailes y la Fuente del Sarraceno –una cuestión que había quedado parada–, así como en el pavimento principal de acceso, que es necesario para poder hacer el traslado de bienes muebles del interior y la restauración de la segunda fase. La primera fase también incluía la recuperación de caminos históricos que entrelazaban Escornalbou y los siete pueblos de la Baronía, según detalla el proyecto. Y supone una inversión de hasta 1,5 millones de euros, que está subvencionada parcialmente a través de Fons FEDER.
Museización y nuevas tecnologías
Todavía quedará para hacer una tercera fase del proyecto de restauración del recinto, la cual costará 1,3 millones y comprende la museización del castillo monasterio con aplicación de nuevas tecnologías, proyecciones audiovisuales de gran formato, aulas culturales y de interpretación forestal. También abarca la instalación de un restaurante, la puesta en valor del patrimonio minero y la creación de una zona recreativa. El conjunto del Castillo Monasterio de Escornalbou es propiedad de la Generalitat de Catalunya y la Diputación de Tarragona, que impulsan esta transformación del monumento y su entorno.