Patrimonio
Colocadas las primeras piedras decorativas en el hastial de la Casa Navàs
La reconstrucción de esta parte acabará en junio
La Casa Navàs dio ayer un nuevo paso adelante en su reconstrucción con la colocación de las primeras piedras decorativas del hastial, que a lo largo de toda la mañana estuvieron siendo elevadas con una grúa y colocadas en el lugar. Cada piedra pesa una tonelada. Por eso, fue necesaria la ayuda de un camión de 32 toneladas y un grupo de profesionales para llevar a cabo los trabajos. En total, el conjunto lo integran cinco piedras decorativas y un panel central donde hay un medallón circular en que se distingue la fecha de 1904.
Los motivos decorativos se han hecho todos manualmente y la piedra trabajada es de Vinaixa, la misma que escogió Lluís Domènech i Montaner a principios del siglo XX. Como el original, el tamaño total del hastial será de 3,9 metros de altura y 4,8 metros de anchura. Las piedras se acabarán de colocar hoy y la obra se terminará durante el mes de junio.
Después de muchos meses de trabajo previo, a finales de abril empezaron los trabajos directos en la Casa Navàs por poder preparar la llegada del hastial. Una vez variada la geometría de la cubierta, ayer se instalaron las primeras piedras decorativas del frontispicio.
Cuando se hayan puesto todas las piezas, se dará lugar a una estructura tridimensional de acero detrás del nuevo hastial, para reforzarlo. A partir de aquí ya se podrán colocar los pináculos, volver a juntar de las piedras y los últimos retoques en caso de que sea necesario. Una vez acabadas las obras se aplicará una pátina cromática a toda la superficie. Eso dará homogeneidad de tono a toda la fachada y al mismo tiempo servirá de protector. Paralelamente, también se limpiará la parte superior de la fachada.
Cinco |paneles en varios niveles
Todo el trabajo decorativo del hastial, que ha durado casi cuatro meses, lo han hecho manualmente los picapedreros de Pedra Maties de Solsona. Los encargados de hacer las obras son los profesionales de Récop Restauraciones bajo la supervisión de los técnicos responsables del proyecto, los arquitectos Pau Jansà y Joan Tous y el conservador restaurador, Pau Arroyo.
El hastialde la Casa Navàs lo forman cinco paneles rectangulares dispuestos escalonadamente en 3 niveles separados por pináculos, formando un triángulo sobre el eje de la tribuna. A partir de los fragmentos conservados se han podido definir las características de los paneles, esculpidos con motivos vegetales y enmarcados por un arco trilobulado. El eje de cada pieza lo forma una rama con hojas que, al llegar a la base, gira para definir los dos ejes secundarios. Bajo cada arco hay una flor de 5 pétalos con una esfera agujereada en el centro. Las ramas tienen derivaciones espirales al lado de las flores, dos hojas resuelven la derivación del eje principal del trazado orgánico hacia el descubrimiento entre los arcos.
Esta parte de la Casa Navàs había quedado destruida durante la Guerra Civil española. En detalle, durante el bombardeo del 26 de marzo de 1938, que también afectó a la torre de esta joya modernista.