Los edificios del Archivo Municipal de Reus tienen 2.000 metros de sobreocupación

Un volumen importante de material alojado en el Archivo Municipal, hasta 1.918,5 metros lineales de documentación, se conserva fuera de los espacios estrictamente habilitados para acogerlo. La institución cuenta con varios edificios que acogen fondos en la ciudad: el de la calle Sant Antoni Maria Claret, inauguradoel año 2010, con tres pisos de depósito y que está «pensado para construir otro piso si en un futuro fuera necesario»; una nave en la calle Castillejos del polígono AgroReus donde se custodiaba documentación de consulta no frecuente; y la antigua Escuela Rubió y Ors, que tiene documentación eliminable. La memoria 2019 del Archivo, detalla que, a finales de año, la nave de AgroReus superaba ya el 100% de su capacidad, fijada en 1.260 metros lineales y que se ha excedido en 535,2 metros.

El punto más desbordado es el edificio de Sant Antoni Maria Claret, con 998,9 metros de sobreocupación según la misma memoria, mientras que el tercer espacio acumula 384,4. Parte de este exceso se contabiliza así a raíz de la avería de algunas estanterías compactas mientras que otra parte responde, según explica al DiariMés Montserrat Floras, concejala de Participación, Buen Gobierno y Servicios Generales, a cierta «documentación que, tal como la ley prevé y siguiendo siempre unos criterios claros, se encuentra a la espera de ser destruida y todavía no se ha eliminado». Ocupen su sitio o no, los fondos «siempre se conservan en buenas condiciones dentro de los edificios» y el problema reside en que «acceder es más complicado», apunta.

Tiempo pendiente de inversión

El Ayuntamiento es consciente de la sobreocupación y ya ha empezado a aplicar medidas para paliarla. Tal como detalla Flores, «nos encontramos en un momento en que las iniciativas que hemos tomado para ubicar el total de la documentación todavía no han dado resultado» pero «en estos últimos meses hemos sacado adelante acciones que en los últimos años no se habían podido hacer». Las medidas de las cuales la concejala habla van dirigidas a «habilitar depósitos que antes no teníamos y también dotar adecuadamente aquellos que teníamos». Y se concretan, en primer término, en «la creación de un nuevo depósito del Archivo que se ubicará en los bajos de la Biblioteca Pere Anguera, aunque no forma parte y estará separado». El espacio ya está disponible, acabados los trabajos de construcción de la biblioteca, pero «se tiene que dotar con estanterías fijas que nos permitan utilizarlo y tenemos que instalarlas». Una vez los bajos estén adaptados para esta función «trasladaremos documentación y dejará de haber sobreocupación». Pere Anguera será el cuarto edificio donde tenga depósitos el Archivo Municipal de Reus.

Una segunda acción la llevará a cabo el Ayuntamiento en los pisos superiores del inmueble de la calle Sant Antoni Maria Claret. Entre los depósitos que alberga este espacio, «no todos están amueblados todavía, porque eso se ha ido haciendo a lo largo de los años» y en algunos de los que sí que lo están «ha habido estanterías compactas que se han averiado y se tienen que cambiar». La licitación para renovar estas dependencias, como la que servirá incorporar nuevas estanterías en Pere Anguera, «ya están en marcha».

En el 2019, ingresaron en el Archivo unos 256,7 metros lineales de documentación vinculada a la actividad del Ayuntamiento. Y no se hizo ninguna eliminación de material. También se recibieron una docena de donaciones y cesiones en comodato de personas y familias. Como la de Pepita Roig, que cedió el dietario (1938-1944) de un soldado que participó a la Guerra Civil, o la documentación generada por la actividad comercial de la empresa Vidres Sanromà.

Documentando la Covid-19

l Archivo vive ahora un momento importante y recientemente se ha sumado a la iniciativa para recoger evidencias sobre la vida vinculada al nuevo contexto de la Covid-19. Los documentos se incorporan a través de la dirección electrónica arxiumunicipal@reus.cat. Hace poco, se recibieron 2000 dibujos y escritos procedentes del Hospital Sant Joan de Reus. Flores recuerda que acciones así se han llevado a cabo antes «ante hechos que han tenido un gran impacto».