Se venden monas para la segunda Pascua, aunque menos que en abril

Cuando la emergencia sanitaria complicó la tradición de las monas, la segunda Pascua se perfiló para los pasteleros como un escenario posible donde recuperar en cierta forma la celebración y, con ella, la venta de estos dulces típicos. Ahora, en las puertas de un 1 de junio que en la demarcación es laborable, los establecimientos atienden pedidos de padrinos que, en abril, habían quedado pendientes de hacerle el gesto al ahijado y lo harán ahora. La demanda existe pero, al menos hasta el momento, es contenida.

Al frente del Forn Huguet, Ramon de la Fuente explica que «no nos servirá para salvar lo que se perdió pero sí que nos hará cerrar el mes un poco mejor». A su vez, Miquel Caelles, de la Pastisseria Caelles, valora que «esta segunda Pascua, a diferencia de otros años que no vendíamos ninguna mona, ya tenemos algunas de encargadas». «No esperemos ahora, ni mucho menos, las ventas de la primera Pascua pero sí que estamos preparados, como pasteleros, para poder sevir», concluye.

Chocolate cuando hace calor

Las temperaturas propias de la época del año dificultan ahora la conservación de las figuras de chocolate, aunque a los negocios se trabaja en habitaciones frías y sitios frescos para asegurar al buen estado. Por eso, De la Fuente apunta que «intentamos que todo el mundo que quiera una se decante por el chocolate negro, más resistente, porque el chocolate blanco o con leche se funde cuando paso de los 25 grados y el negro se comporta mucho mejor.» Estos días, «hemos vendido alguna del Seguici, camiones, animales, pelotas de baloncesto y de fútbol...». Para atender peticiones de última hora, «hemos preparado los típicos huevos, que tienen una forma consistente, pero también tenemos otros que se pueden escoger», añade De la Fuente. En la Pastisseria Caelles «la mayoría de las que nos piden son de bizcocho: mantequilla, trufa, mermelada... Las que habitualmente hacemos» aunque «de figuras de chocolate nos quedan unas cuantas». La cuestión del chocolate, «aunque la tenemos guardada en un sitio fresco, es complicado una vez sale de la pastelería».

En relación al balance económico vinculado a la Pascua y a la incidencia en que haya tenido la Covid-19, Calles explica que en abril «trabajamos mucho y las ventas fueron similares». Por su parte, De la Fuente expresa que «se ha hecho un 10% de lo que se hacía normalmente» y dice que de cara a este 1 de junio «esperamos vender 50 o 60» y que «desde la Fase 1 se ha notado que hay más movimiento y cada día recibimos un pedido u otra». El hecho de que el lunes no sea festivo en Tarragona hará, previsiblemente, que la gente adelante las monas al fin de semana y «ha habido que tan pronto como vieron que podía salir ya vinieron a buscar la suya». Estos días «también está yendo muy bien la coca de cerezas, con mejor acogida y todo que otros años». Ambos establecimientos atienden todavía encargos para esta segunda Pascua, después de una primera fiesta que resultó atípica.