Dos empresas se interesan en construir y explotar la piscina cubierta de Reus

La consulta de mercado que, a finales del 2019, el Ayuntamiento de Reus abrió en relación al proyecto de la futura piscina cubierta pública tocó a su fin la semana pasada y deja, tal como detallan fuentes municipales al Diari Més, un total de dos empresas interesadas en construir y explotar el nuevo equipamiento. Aunque, en un principio, el calendario del gobierno preveía iniciar la licitación de las obras este 30 de junio, las mismas fuentes precisan que el proceso no se activará hasta «dentro de dos o tres meses» a raíz de demoras atribuidas a la Covid-19, aunque la intención de sacarlas adelante sigue intacta, aseguran.

Al momento de presentarla, la inversión estimada en los trabajos de construcción era, ciñéndose al anteproyecto, de 6.741.000 euros a los cuales habría que añadir gastos indirectos. Y el modelo en que se pensaba era el de la concesión. Este es uno de los grandes objetivos del mandato y el alcalde, Carles Pellicer, ha afianzado públicamente más de una vez la voluntad de que la piscina cubierta quedara terminada y activa durante la primavera del 2023.

Finalizada la consulta, el Ayuntamiento confirma que el siguiente paso a realizar consiste en la elaboración del proyecto definitivo que guiará la construcción del complejo. De hecho, este análisis del mercado había dejado multitud de frentes abiertos sobre la forma que tomará la piscina, concebida como aparte de todo un centro de fitness, wellness y zona de aguas cubiertas, con aprovechamiento de la cubierta –que tendría una pista de 200 metros de cuerda y una zona central reservada por la realización de ejercicios con aparatos de casa·listènia–, y con complementos de servicios deportivos para actividades outdoor, centralización de las oficinas de los servicios municipales, y pista de baloncesto exterior. Su creación recortará el entorno del Pabellón Olímpico.

El espacio se perfiló con la idea de ofrecer servicio a unas 4.000 personas abonadas como mínimo durante los primeros años en marcha. El anteproyecto, elaborado por la empresa Ubae Fitness, concreta que «a través de este nuevo equipamiento se quiere paliar el déficit de oferta en actividades acuáticas que hay en Reus, pero también ofrecer un servicio integral de actividad física y deporte, es decir, un centro integral de salud». La piscina, incluida en una zona de aguas, sería de 30 metros e iría acompañada de un lugar de aprendizaje de 15x8 metros y piscina infantil. Todo representaría 7.240 metros cuadrados construidos y unos 5.000 de urbanización.

Un albergue deportivo y un parking

Una de las cuestiones de relevancia que el gobierno pretendía resolver a través de la consulta de mercado era la conveniencia o no de construir, anexo al complejo, un aparcamiento subterráneo y un albergue o un hostel para deportistas. Con respecto al albergue, la documentación de la consulta precisaba que «se considera apropiado este tipo de establecimiento dado que la actual oferta de alojamiento no cubre el segmento de público deportivo, de corta o media estancia, por participación en competiciones, acciones de formación, centros de tecnificación deportiva, para los estudiantes-deportistas y el turismo deportivo». En relación al parking subterráneo, el Ayuntamiento valoraba «la previsión de rotación de abonados al equipamiento, sumado a la actividad propia del Pabellón Olímpico y el aparcamiento residencial de la zona». El gobierno decidirá sobre estos dos aspectos en los próximos meses.