Cuatro calles de Reus se cerrarán a los coches para que los peatones paseen

A partir de este viernes, día 5 de junio, y al menos durante dos semanas, Reus cortará al tráfico el arrabal de Santa Anna, el tramo inicial de la calle de Sant Llorenç, dos carriles de la avenida de Sant Jordi y la calle del Escultor Rocamora, que serán de uso exclusivo para peatones entre las 18.30 y las 21.30 h. de lunes a domingo. La concejala de Urbanisme, Marina Berasategui, ponía ayer de relieve la importancia que, en la desescalada de la COVID-19, toman «los desplazamientos a pie y en bicicleta» y avanzaba, por eso, que también «hemos diseñado un itinerario circular de carriles bici, dando la vuelta a circunvalaciones en la ciudad, con el fin de facilitar el uso de este medio.» Esta segunda medida se aplicará «a partir de julio» y tiene una duración indeterminada.

Con respecto a la delimitación de zonas para peatones, Berasategui precisaba que esta franja horaria concreta se ha escogido teniendo en cuenta que se corresponde con «las horas de menos calor y de más acumulación de personas en las calles».

«Crearemos así un eje para peatones de casi dos kilómetros y medio a través de la ciudad», precisaba Berasategui, que explicaba que «nos mueve, como principal objetivo, generar un espacio urbano que contribuya a la seguridad». De 18.30 a 21.30 h., cada día, «las personas ganarán espacio a la calzada» de manera que el tránsito rodado tendrá que desviarse. Eso implicará, también, cambios en el recorrido del transporte público que ayer el gobierno todavía no concretó.

El proyecto aprovecha trabajo que se había hecho previamente a algunas zonas, como el arrabal de Santa Anna, cuyo cierre estaba previsto anteriormente pero quedó detenido por la emergencia sanitaria. La decisión de que ahora se toma se enmarca en la 'Comissió d’Entorn Urbà post COVID-19', es provisional y será revisada una vez pasados estos quince días, hecho por el cual podría vivir más adelante modificaciones. La concejala apuntaba ayer que «Reus, como todas las ciudades, ha vivido una pacificación del tráfico sorprendida por la COVID-19 y el confinamiento de la población» y recordaba que «eso ha tenido efectos positivos en algunos aspectos, como la reducción de los vehículos hasta un 50% y la bajada de la contaminación.» «Son pasos firmes», decía, «hacia una normalidad sostenible y una mejor calidad de vida».

Medidas temporales y revisables

Con respecto a la segunda mide, la que tiene relación con la bicicleta, Berasategui detallaba ayer que este itinerario seguro y circular que se activará en julio «aprovechará carriles bici ya existentes y creará nuevos en convivencia con los vehículos». Los nuevos carriles «discurrirán por la calzada y harán reducir la velocidad de los tramos por donde pasen hasta los 30 kilómetros por hora». Así, «ampliaremos la red de carriles bici y adelantaremos de manera táctica en el despliegue del Plan de la Bici aunque las medidas serán siempre provisionales y revisables». Los desplazamientos a pie y en bicicleta «son los sistemas de movilidad más recomendados para la protección de la salud de la ciudadanía y que generan menos riesgo de contagio durante la pandemia».

Más de 100 bares quieren ampliar

A su vez, la concejala de Promocióde Ciutat, Montserrat Caelles, que también compareció ayer, explicaba que «en Reus hay 317 terrazas y, hasta ahora, 102 han solicitado ampliación». «Desde el Ayuntamiento se tramitan las solicitudes con la máxima celeridad posible, dado que aparte de la parte administrativa, hace falta desplazarse hasta el establecimiento, medir el espacio y adaptarse a cada caso», apuntaba. «Siempre que sea posible por la configuración de la calle o plaza donde está la terraza, se permite mantener el mismo número de mesas; si no es así, se tiene que reducir», añadía. Por su parte, la concejala de Seguretat, Dolors Vázquez, precisaba que pronto la señalización vial pintada al suelo para recordar la distancia de seguridad se extenderá también hasta los barrios.