Nace un círculo religioso para abrir diálogo entre las diferentes comunidades

Media docena de convicciones con presencia en Reus han dado lugar a un círculo religioso «autogestionado, abierto y dinámico», originado un año atrás en el municipio y que busca «trabajar, desde todos los puntos de vista, por el bien de las personas y por el bien de Reus». El círculo ha surgido de la mano de la Asociación Unesco para el Diálogo Interreligioso (AUDIR), una entidad que encuentra su razón de ser al «favorecer el conocimiento, el contacto interreligioso y la cooperación entre las confesiones religiosas presentes a Cataluña, desde la perspectiva de la cultura del diálogo y de la paz». Y es el primero con que cuenta, en concreto, Reus. Coincidiendo en que hace un año de vida, el grupo tiene el objetivo de «darnos a conocer en la población» y aspira, entre otras cuestiones, a «hacernos presentes en el calendario de la ciudad» y a «generar un mapa de las religiones a nivel local».

Una de las primeras actividades públicas previstas tenía que girar en torno al concepto de la Misericordia», en septiembre, a pesar de que la COVID-19 y la evolución de la pandemia mantiene abiertos los interrogantes sobre su viabilidad. Hasta ahora, «lo que hemos estado haciendo han sido, principalmente, encuentros de conocimiento». Actualmente, en el círculo hay personas vinculadas a la Iglesia Evangélica, la comunidad Bahá'i, la Iglesia Anglicana, el Islam, la Iglesia Cristiana Católica y personas con «apertura espiritual a todas las convicciones», entre otros. Confesiones, en Reus, hay muchas más y «por eso estamos mirando de ponernos en contacto con otras comunidades para invitarlas y siempre abiertos y receptivos a quien quiera venir», explica Maria Assumpta Domènech, de AUDIR, que dice que «un reto que tenemos es extendernos ahora a la Iglesia Ortodoxa y la Iglesia Adventista». También desde de AUDIR, Arnau Oliveres precisa que la intención del círculo es «que las convicciones se conozcan entre ellas porque|, tanto si hay puntos en común como de discrepancia, haya buenentendimiento» y, al mismo tiempo, «difundir que esta diversidad religiosa está viva en la ciudad, que son diferentes maneras de ver el mundo y que conviven en paz».

Un vínculo «por el bien de la persona»

«A medida que nos hemos ido conociendo, nos hemos preocupado más los unos por los otros y hemos celebrado también los unos con los otros», valora Rafa Arencón de la Església Anglicana, que dice que «ahora compartimos los problemas y podemos ayudarnos, es un vínculo muy útil para el beneficio colectivo, no para nadie individualmente». El portavoz de la mezquita As-sunnah, Mohamed Said Badaoui, añade que «lo más importante es trabajar por el bien de las personas que, al fin y al cabo, es lo que nos une a todos». Entre los progresos en que ha incidido el círculo está, precisamente, la localización de un espacio en el Cementerio General de Reus donde dar lugar a los primeros entierros de personas musulmanas como colectivo.

«Es importante que la sociedad nos vea juntos y compartiendo cosas porque, a veces, la opinión que se tiene al respecto es que estamos divididos y no es así», apunta Oliveres, que pone un ejemplo: «Los aficionados del Barça y del Madrid pueden pensar que están muy lejos los unos de los otros pero hay una cosa que les une y que es mucho más fuerte que la que les separa, el fútbol. Sin el fútbol, no serían los unos ni los otros, no habría los aficionados». Emília Montserrat, persona abierta a todas las convicciones y que también participa del círculo, destaca la relevancia de «poner en común lo que podemos aportar cada uno de nosotros», un tema que se ha ido abordando en las reuniones llevadas a cabo hasta ahora, tal como apuntan Anna Barrocal, cristiana católica, y Miguel Ángel Correas y Margarita Abajo, de la comunidad Bahá'i, que coinciden en que «nos ha servido para ir presentándonos y conocernos». Narcís Debatlle, pastor de la Iglesia Evangélica, destaca que «todos tenemos muchas cosas en común y tiene muy de valor que eso se pueda ver, y en eso trabajamos».