Tradición
La campana de la Església de la Sang volverá a sonar el próximo 5 de julio
Se le ha colocado un electromartell que reproduce el toque como si hubiera dentro una bola de bronce y puede monitorarse y activarse con el móvil
«Tenemos la idea de que, si no pasa nada, la campana suene de nuevo el 5 de julio». Lo explica Francesc Pardo, Llavero de la Esglésa de la Puríssima Sang de Reus, en el tramo final del proceso de recuperación de esta parte del templo que recuperará la actividad 15 años después de haber quedado muda. La campaña iniciada en diciembre del 2019 para recoger los fondos que permitieran «rehabilitar el campanario, muy deteriorado por el paso del tiempo, y el yugo de volteo, garantizando la durabilidad estructural así como limpiar la campana y automatizar el funcionamiento» dio resultado y las obras, que nada más se habían iniciado antes de la irrupción de la COVID-19, acabarán «estos días». Así, el 5 de julio, «llevaremos a cabo la fiesta de la Purísima Sangre», precisa Pardo, «una celebración instaurada en el siglo XIX por el papa Pío IX» y que servirá como fecha especial para estrenar la campana.
La voluntad primera era haber terminado el proceso para utilizar la campana durante la Cuaresma y la Semana Santa, pero la pandemia obligó a redibujar los planes. Ahora, de cara al 5 de julio, se ha previsto «bendecir la campana antes de la misa y hacer los diversos toques que se le habrán programado». El acto se llevará a cabo en la plaza.
Una vez quede inaugurado, «el campanario dará las horas con una prudencia horaria para no molestar a los vecinos y sólo el día de Fin de Año hará las doce campanadas». El resto del tiempo, tal como precisa el Llavero Pardo, «será muy respetuoso con el entorno con el fin de garantizar que nadie se moleste por su sonido».
Diferentes ocasiones
La restauración de la campana también ha servido para incluir alguna cosa más y es que «en la era de la innovación, también le hemos puesto tecnología y la campana se puede monitorar y activar a través del teléfono móvil». «Eso da versatilidad», añade Pardo, que explica que «hemos tenido que colocarle un electromartell y lo que hemos hecho es reproducir el toque propio de la campana como si hubiera una bola de bronce». «Hemos preservado el estilo artesanal», concluye al Llavero. Siguiendo lo que estaba previsto con la campaña de recogida de fondo, la intervención ha respetado el presupuesto inicial de 6.000 euros.
Entre los toques que ofrecerá la renovada campana de la Iglesia de la Sangre está «el Toque de Fiesta, el Toque de Difuntos, el Ángelus y el de las misas». El paso de la guerra se llevó las dos campanas que constaban en el inventario de la entidad de 1829. El año 1941, y gracias a un gran esfuerzo económico y técnico, se encargó e instaló la campana que ahora se encuentra ubicada al punto más alto del templo y que ahora volverá a sonar.