Vía pública
El Ayuntamiento de Reus mantiene los ámbitos seguros para peatones hasta agosto
Tres calles de la ciudad mantendrán la prohibición de vehículos en las franjas horarias de la tarde
La concejalía de Urbanismo de Reus ha decidido mantener durante todo el mes de julio los ámbitos seguros para peatones, una medida que se puso en marcha a principios de junio para evitar contagios durante el progresivo desconfinamiento de la población de Reus. Una decisión que, desde un primer momento ya se avisó de que sería temporal y revisable. De hecho, en un comienzo la medida tenía que durar hasta ayer, el domingo, pero el Ayuntamiento ha decidido alargarla, de momento, otro mes.
Así pues, tres calles de la capital del Baix Camp mantendrán el uso exclusivo para peatones en las franjas horarias de la tarde. Concretamente, el arrabal de Santa Anna, el tramo inicial de la calle de Sant Llorenç y la calle del Escultor Rocamora seguirán siendo de uso exclusivo para peatones entre las 18.30 y las 21.30 h. de lunes a domingo, una franja en la cual desde el consistorio han observado que está cuando hay más afluencia de gente en la vía pública. Inicialmente, la medida también incluía dos carriles de la avenida de Sant Jordi, pero una semana después de ponerse en marcha, se decidió reabrir al tráfico, ya que había poca concentración de peatones y, por lo tanto, se podía respetar bien la distancia de seguridad para reducir el riesgo de contagios, el principal objetivo de esta medida.
La decisión de cerrar estas calles, tomada el pasado 5 de junio, se enmarcaba en la actual situación sanitaria y surgió del trabajo de la Comisión de Entorno Urbano post Covid-19, que adelantó uno de los puntos previstos en el Plan de Acción Municipal, la «promoción de una movilidad sostenible, saludable, eficiente y segura». En este sentido, estas calles se adecuan a las nuevas instrucciones en relación con la distancia física entre personas que, a partir de hoy, con motivo de la etapa de la reanudación|recuperación, se fija en 1,5 metros.
Modelo de ciudad
En el momento de anunciar esta acción, ya se avisó que pasado los primeros 15 días se revisaría para analizar si alcanzar el periodo o no. En su día, la concejala de Urbanismo, Marina Berasategui, apuntó que «Reus, como todas las ciudades, ha vivido una pacificación del tráfico sorprendida por la COVID-19 y el confinamiento de la población» y recordó que «eso ha tenido efectos positivos en algunos aspectos, como la reducción de los vehículos hasta un 50% y la bajada de la contaminación.» «Son pasos firmes», decía, «hacia una normalidad sostenible y una mejor calidad de vida».
Además, también diseñaron un itinerario circular de carriles bici que tendría que entrar en funcionamiento en julio y tendrá una duración indeterminada. Berasategui detallaba a principios de junio que este itinerario seguro y circular que se activará en julio «aprovechará carriles bici ya existentes y creará nuevos en convivencia con los vehículos». Los nuevos carriles «discurrirán por la calzada y harán reducir la velocidad de los tramos por donde pasen hasta los 30 kilómetros por hora». Así, «ampliaremos la red de carriles bici y avanzaremos de manera táctica en el despliegue del Plan de la Bici aunque las medidas serán siempre provisionales y revisables». Los desplazamientos a pie y en bicicleta «son los sistemas de movilidad más recomendados para la protección de la salud de la ciudadanía y que generan menos riesgo de contagio durante la pandemia». Estas son dos medidas provisionales, circunscritas a la pandemia, pero que no esconden la oportunidad de reflexionar sobre el modelo de movilidad y de uso de espacio urbano que quiere la ciudad, de cara a la futura revisión del Plan de Movilidad Urbana de Reus. Una oportunidad que el consistorio no ha querido dejar escapar con la consecuente reducción de vehículos a la vía pública que ha permitido redefinir, provisionalmente, la ciudad.