El Tomb de Reus quiere que el centro de la ciudad pase a ser una APEU pionera

El Tomb de Reus propondrá convertir su zona más directa, el Tomb de Ravals y el entorno inmediato, en una de las primeras Áreas de Promoción Económica Urbana (APEU) en Catalunya. El presidente de la entidad, Jacinto Pallejà, compareció ayer, al día siguiente que la Generalitat aprobara el anteproyecto de ley que regulará la cuestión, para explicar que este es uno de los objetivos que la entidad se fija.

Una APEU, tal como Pallejà recordaba, es «una herramienta de trabajo» que «fundamentalmente está destinada a mejorar el mundo del comercio, la hostelería y los servicios en la ciudad» y que da lugar a un sistema de funcionamiento «similar a lo que tienen ahora mismo El Pallol y La FiraCentro comercial: hay un proyecto anual de trabajo, obligatorio para todos los establecimientos que están presentes». Una vez constituida el APEU, los negocios, locales, solares u otros ubicados dentro de sus límites tienen que contribuir económicamente a este proyecto y, así, acuerdan acciones conjuntas y progresos en la zona que se hacen con todas las aportaciones. Trasladar la fórmula a la calle «era, hasta hace poco, imposible por motivos legales».

En el escenario actual, y a falta que la normativa quede definitivamente cerrada, las alternativas para promover una APEU son tres: que lo soliciten un 25% de los establecimientos, que lo haga el Ayuntamiento o que quien ponga la iniciativa encima de la mesa sea una entidad comercial con más de 5 años de historia, como es el caso de El Tomb de Reus. Después, la propuesta se tiene que someter al «aprobación del municipio, de los titulares de los locales en la zona donde se opere, y a una segunda aceptación por parte del pleno, y cada año se tienen que rendir cuentas». Una APEU «puede facilitar la promoción de la zona, mejorar la calidad del entorno, desarrollar acciones sostenibles, consolidar a un modelo de ciudad, incrementar la competitividad de las empresas, favorecer la creación de empleo y, fundamentalmente, tal como buscamos, conseguir una zona amable para nuestros clientes».

«Mientras recordamos el centro comercial de los abuelos, queremos poner al día lo que hemos heredado de los padres y entregar con orgullo a nuestros hijos nuestro estilo de vida mediterráneo», apuntaba ayer Pallejà, que decía que «en un momento en que el mundo da muchas alternativas a nuestros clientes, nosotros los tenemos que hacer la vida mejor». En detalle, el espacio geográfico donde El Tomb de Reus quiere operar se concreta «en principio, en la actual zona de El Tomb, y con eso hablamos del Tomb de Ravals, pasando entre las dos librerías y bordeando la plaza de la Libertad, hasta la calle Gaudí, toda la calle Ample y la plaza del Víctor, Prat de la Riba hasta el Mercadaly hacia la calle Sant Joan cogiendo un pedazo de la calle Sant Joan».

Que no lo costeen todo unos pocos

El Tomb ya trabaja en un proyecto a tres o cinco años y afronta, a partir de ahora, «mucho trabajo». Las aportaciones de los negocios las gestionaría una entidad específicamente configurada con esta finalidad e irían dedicadas a generar campañas para desarrollar el proyecto inicialmente acordado. En este caso, Pallejà precisaba ayer que «está la obligatoriedad de contribución económica pero no la obligatoriedad de asociarse». Ahora, la voluntariedad de las aportaciones, «hace que en la misma zona haya mucha menos gente que paga que la gente que no», cosa que implica que lo que se hace es válido para todos pero sólo una parte lo costea». El «gran hecho del APEU» es «poder actuar como las grandes superficies y enriquecer lo que nosotros tenemos, con sus mismos derechos». En el caso de Reus, el proyecto, aunque «todavía es pronto», giraría en torno a «la mejora del entorno urbano, el marketing, servicios a los usuarios, apoyo al desarrollo de los negocios y sostenibilidad». En la práctica, eso podría traducirse al disponer de lavabos para el público en general, sala de lactancia, paquetería y objetos perdidos, zona de carga de teléfonos. De cualquier forma, la aportación económica «tiene que tener un valor pactado».