Salud
«Me pinché con una jeringa en la calle y me puede destrozar la vida»
Vecinos del Tecnoparc presionan por una sala de venopunción en Reus, donde se recogen de la vía pública 4.750 agujas usadas al año
El peligro de la acumulación de jeringas utilizadas en algunos solares y en aceras del Tecnoparc, del cual los vecinos del entorno han advertido cíclicamente y desde años atrás, ha acabado dejando consecuencias. El domingo pasado, 5 de julio, «mientras sacaba el perro por esta zona, noté cómo una aguja del suelo atravesaba la suela de la zapatilla deportiva y se me clavaba en el pie», explica Emilian, que vive al final del puente de Bellissens e, igual que mucha gente en esta área, aprovecha el polígono para hacer largos paseos con la mascota. Aunque «yo siempre evitaba las calles del Tecnoparcdonde ya se sabe que hay jeringas», aquella noche «iba dando vueltas a un tema personal, el animal estiró hacia allí y no pensé dónde nos encontrábamos». Treinta minutos más tarde, precisa, «ya estaba en el hospital».
Las opciones de contagio son limitadas pero Emilian –quien prefiere no aportar su apellido ni otros datos a la espera de conocer el resultado de las pruebas que se le han realizado– está nervioso: «Me han dado medicamentos para prevenir el VIH que tendré que tomar durante varias semanas, me han puesto toda una serie de vacunas de las cuales tendré que repetir la dosis en unos días y, dentro de tres meses, me harán nuevas análisis. No estoy bien, pienso en si eso me puede haber destrozado la vida», apunta, y lamenta que «siempre hemos avisado de que eso podía pasar y ahora me ha pasado precisamente a mí».
Un servicio «seguro para todo el mundo»
Emilian se arrancó la aguja del pie, la puso en una caja y la llevó a Urgencias del Sant Joan, donde recibió atención médica. «Habíamos denunciado que allí hay jeringas, algunas veces habíamos dado el aviso a la Guardia Urbana para que las retiraran. ¿Y ahora, yo qué puedo hacer? ¿A quién le pido responsabilidades? ¿Y de qué me serviría? Sólo espero estar bien», dice. Tanto él como la Asociación de Vecinos I de Mayo coinciden que «es necesario» que Reus disponga de una sala de venopunción enel Hospital, alternativa que el Plan Municipal de Drogas estudia pero que no se ha activado. «Hace falta un lugardonde las personas que consuman lo puedan hacer con medidas de higiene y seguridad para ellas y eso garantizará también la higiene y la seguridad de los vecinos, porque las jeringas no irán a parar a la calle», valora Eduardo Navas, presidente de la entidad vecinal.
El material de consumo que se puede ver en el Tecnoparcproviene del uso que hacen personas dentro de coches estacionados, principalmente, en la calle Portgual y sus alrededores. En el polígono se ha generado un triángulo formado por el Hospital, donde es posible dejar jeringas y abastecerse nuevas; Sant Josep Obrer, donde los vecinos se quejan de movimiento de droga; y el polígono, un lugar próximo a estos dos pero lo bastante alejado del paso de personas. Toni Llort, antropólogo del Servicio de Adicciones del Sant Joan y miembro de ARSU, recuerda que «al servicio de adiciones hay un box de enfermería donde se pueden inyectar las personas que quieran. Pero es un mínimo y es más bien un espacio educativo». La sala de venopunción «es indispensable para que los usuarios estén atendidos, tengan oportunidad de acceder a servicios, evitar sobredosis y que los vecinos no tengan que encontrar jeringas en la calle».
ARSU, que realiza recogidas de jeringas, hizo en el Tecnoparcuna intervención al final del estado de alarma y encontró poco material pero «es muy fluctuante». El Ayuntamiento ha sacado a licitación el servicio de desarrollo de acciones de prevención en el ámbito de las drogas y ARSU, que conoce la dinámica en profundidad, se presentará de nuevo. Con respecto a las agujas, «la estimación de recogidas anuales sería de 5.500 unidades enlas máquinas de intercambio de jeringas, y las jeringas recogidas en la vía pública serían 4.750 unidades». El contrato incluye actuaciones preventivas de ocio saludable, entre otros.
Además, y de manera inminente, la unidad móvil de inyección que lleva en Reus la Creu Roja volverá a funcionar –había estado en pausa durante el golpe más fuerte de la pandemia– y lo hará casi todos los días. La previsión es que su activación contribuyatambién a mejorar la situación.