El arrabal Santa Anna de Reus cerrará un tramo, de nuevo, sin consenso de los tenderos

A partir de mañana, sábado día 1 de agosto, el pilón que cierra el acceso de vehículos en la plaza Prim desde el arrabal de Santa Anna, delante de la calle Salvadora Espriu, se adelantará|avanzará con el fin de generar el corte al tráfico unos metros antes, a la altura de la calle Santa Anna. Todo este tramo hasta llegar a la plaza quedará, pues, reservado para los peatones en horario de 11 a 2 h., coincidiendo con la limitación de la carga y descarga en el Mercadal. Entre la antigua ubicación del pilón y la nueva se localizan una veintena de comercios que han recibido sin consenso este nuevo cierre –ahora parcial– del arrabal.

Una parte importante de los tenderos lamenta que, en plena reactivación después del cierre exigido por la covid-19 y con el sector intentando ahora recuperar el tiempo perdido, «no es momento para hacer cambios que trastoquen las rutinas de los clientes o que dificulten la entrada del poco turismo que se espera». Recuerdan, además, que esta «es una calle comercial y no tendría que poner dificultades a los negocios» y aseguran que la prueba piloto de limitación en los coches y motos que se llevó a cabo en el global del arrabal durante el invierno «no nos trajo un aumento de las ganancias sino que más bien perdimos».

También hay tenderos que creen y defienden que «no oír el ruido de los vehículos será positivo para todos» y que el corte «no repercutirá en que la clientela no venga ni será un motivo que los eche atrás». Y otra parte, finalmente, apunta que «el hecho de que esté abierto o cerrado no tiene ninguna influencia ni positiva ni negativa».

Carácter comercial

Janna Estilistes es uno de los establecimientos activos en la zona donde ahora se restringirá el paso de vehículos. Desde el negocio explican que «no nos parece correcto» que se traslade el pilón y valoran que «la gente que viene de fuera tendrá dificultades y también será un problema para las personas con movilidad reducida». Piensan que el cierre «no se gestiona bien» y valoran que «hay otras cosas pendientes en la calle como incrementar la limpieza o rehabilitar fachadas». Si las limitaciones a la circulación tienen que estar, piden que los pilones «tengan, por ejemplo, un mando». En el proyecto de cierre definitivo del arrabal de Santa Anna, que se implantará a partir del 2021, sí que se prevé el uso de la tecnología inteligente, pero no ahora.

Por su parte, desde Ester Martín explican que en invierno las ventas nos cayeron y que el nuevo paso no nos gusta. Piden «no generar más estrés a los clientes, que ya salen de casa lo bastante preocupados por las medidas de la covid» y explican que «si para quien conoce la ciudad ya es complicado, quien venga de fuera y se empiece a encontrar calles cortadasdesistirá». «En lugar de potenciar el comercio local, se fomentan los centros comerciales e internet», critican, y reivindican el carácter comercial del arrabal a la vez que apuntan que «la ciudad tiene otras zonas específicamente dedicadas al esparcimiento». En un sentido similar se expresan desde Súper Fruit, donde explican que «la prueba no nos fue bien, pensamos que las cosas se tienen que facilitar en lugar de complicarlas y eso no ayudará».

Pasear mejor

En la otra cara de la moneda, desde Viajes Alemán valoran que «por nuestra tipología de negocio, no es negativo y nos parece bien» y esperan que «la gente podrá pasear mejor». En la cafetería La Raval Santanna y la tienda M&S no esperan que la recolocación del pilón tenga ningún efecto sobre sus negocios y explican que «nos va más o menos igual tanto si está abierto el tráfico como si está cerrado».