Diari Més

Movilidad

«Una señal de 30 km/h pintada en el suelo no es un carril de convivencia»

Bicicamp pide «más inversión y más difusión» sobre el uso de los espacios para normalizar la bici y valora que «Reus ha llegado muy tarde»

Muchos carriles bici de la ciudad acaban de forma repentina.

«Una señal de 30 km/h pintada al suelo no es un carril de convivencia»Olívia Molet

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La señalización horizontal que el Ayuntamiento de Reus ha empezado a pintar en calles de la ciudad para limitar la velocidad de los vehículos a 30 kilòmetres por hora «no hará que estos tramos se conviertan en carriles de convivencia», tal como valoran desde Bicicamp, donde explican que «un carril de convivencia es un espacio donde pueden coexistir peatones, bicicletas y coches» mientras que lo que se está haciendo ahora es «simplemente recordar a los conductores de una zona para coches que no pueden ir a más de 30, que tienen que ir lentos.» Bicicamp, que agrupa personas con inquietud por la transformación del territorio en relación a la promoción del uso cotidiano y seguro de la bicicleta, apunta que esta intervención «tampoco servirá para unir los tramos de carril bici que hay y que no tienen continuidad».

El Ayuntamiento anunció el miércoles en un comunicado el inicio del pintado para «dibujar carriles en la calzada donde convivirá la circulación de coches y bicicletas», y enmarcaba la acción en «el proyecto de carriles bici de convivencia» para «extender la red de carriles bici de la ciudad en una longitud total de 11,5 kilòmetres en 36 viales interiores». Para Bicicamp, tal como explica su vicepresidente, Ricard Redondo, «crear carriles de convivencia significa más gasto económico, más difusión, menos plazas de aparcamiento... Más cosas que simplemente hacer carriles 30». La entidad pide «que se haga pedagogía» sobre la normalización de los ciclistas en la ciudad porque «si sólo se les obliga a ir más despacio y no se les explica nada, hay conductores que nos pueden percibir como un problema» y recuerda que «únicamente limitar la velocidad a 30 no hará, que, por ejemplo, un padre se atreva ahora a circular con sus hijos por la calzada».

Tramos que no van a ningún sitio

La entidad considera que Reus «va tarde» en la adaptación a la bicicleta, más todavía ahora que la irrupción de la covid-19 ha puesto el foco sobre su uso. «Se podría haber aprovechado para pintar mientras todos estábamos en casa, pero cortar ahora calles para pintarlas para las bicis puede generar el pensamiento que los ciclistas tienen la culpa», añade Redondo. Sobre qué sería mejor aplicar, el vicepresidente de Bicicamp explica que «dentro de la ciudad, lo mejor es generar espacios de convivencia, pero espacios de verdad» mientras que «en la periferia, pueden funcionar carriles como el de carretera de Alcolea». La entidad subraya que colocar los viales para bicis dentro de las aceras «no permite circular a cierto ritmo» y «lo que no queremos es coger el sitio del peatón». Reus tiene tramos de carril bici inconexos porque «sólo se construyen cuando se tiene que hacer otra obra en el lugar». Algunos presentan árboles en medio del recorrido o van a parar a terraplenes. El Plan de la Bici, que se aprobó un par de años atrás, «se está desplegando muy poco a poco» y «el último que se hizo son 100 metros para acceder a la estación de tren». Desde la de bus|buzo todavía no hay hacia Mas Iglesias, aunque esta era una intervención marcada en el Plan como de inmediata ejecución. Redondo pide que «se ponga solución» e insiste en que los espacios para bicicletas «también tienen que tener un mantenimiento».

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