Movilidad
El parking periférico de Marià Fortuny de Reus se convierte en un cementerio de coches
Vecinos denuncian que el estado del solar, donde también hay restos de botellones, crea «mala imagen»
Vehículos con las puertas abiertas, las ventanas rotas, con toda la parte eléctrica sustraída y los asientos arrancados, o sin las ruedas, se acumulan en el solar entre la avenida de Marià Fortuny y el Camino de Valls, que el Ayuntamiento habilitó como aparcamiento periférico con centenares de plazas el año 2011. La fecha de la ITV, que a veces es del 2017, permite saber que hay coches que hace años que están estacionados en este parking sin que nadie los reclame. En los parabrisas de algunos, igualmente desvalijados por dentro, se puede ver todavía el adhesivo que los identifica como abandonados y la denuncia de la Guardia Urbana, deshecha por el tiempo bajo el sol y la lluvia.
El espacio se preparó para funcionar como aparcamiento ahora hace una década, con una inversión de 140.000 euros y con la intención de ofrecer servicio, también, enla Escuela Pidel Burgar, que se encuentra muy cerca. Es frecuentado, igualmente, por personas que tienen que acudir a hacer gestiones a los Juzgados de Reus. Vecinos de la zona denuncian ahora que el «mal estado» del solar, «que ya viene de años atrás», genera «una muy mala imagen de la ciudad» a quien lo utilice para aparcar y atravesar caminando hasta el núcleo, que queda a tan sólo 10 minutos a pie por la calle del Roser. Y piden que se haga un «mantenimiento» del aparcamiento.
Piden mantenimento
Uno de los usuarios del aparcamiento, Ramón Farre, explica que «vivo cerca del centro, dejo el coche a menudo y lo aparco vacío, me llevo los papeles y todo hacia casa» y apunta que «sólo con un mínimo mantenimiento, la situación ya sería diferente» porque «imagino que ahora hay gente que tiene miedo de aparcar allí». Dice que algunos de los coches que hay «parece que podrían haber sido robados, porque tienen matrícula de fuera» y explica que «hay botellas de alcohol en el suelo y restos de haber hecho botellonesdirectamente desde los coches». También «hay escombros de obras que algunos vierten aquí porque no hay control». Farre apunta que «a veces, he enviado fotos al Ayuntamiento y han hecho alguna limpieza, pero el problema no se acaba de arreglar porque lo que hace falta es un mantenimiento continuo». «Cuando la gente ve que un lugar está sucio, o que no se vigila, lo ensucia más; y si se consiguiera que estuviera un poco bien, no invitaría a eso», apunta. Farre precisa que «es un aparcamiento disuasivo y viene gente de fuera, que el primero que verá de la ciudad cuándo aparque son coches cubiertos por pintadas y que les faltan los cristales».
Una pareja que ayer al mediodía estacionaba en el solar explicaba que «hay muchos coches que están abiertos y hace unas noches vimos que había uno que quemaba».