Educación
«Los alumnos tenían ganas de volver y se harán a la situación rápidamente»
Hasta 115.718 estudiantes abren hoy en el Camp de Tarragona un curso 2020-2021 que pondrá a prueba los protocolos covid-19 de los centros de enseñanza
«Los planes de actuación que han elaborado los equipos directivos, que son muy buenos» y «el hecho de que todo está preparado, teniendo en cuenta que no nos habíamos encontrado antes en una situación similar a esta», tendrían que dar una cierta confianza a todo el mundo» en la vuelta a las clases, tal como valora el director de los Servicios de Educación en Tarragona, Jean Marc Segarra. En el inicio del curso 2020-2021, que se produce hoy, los centros de enseñanza del Campde Tarragona esperan recibir a 115.718 estudiantes entre educación infantil, educación primaria, ESO, Batxillerat y FP que pisaron por última vez las aulas, en muchos casos, en un contexto totalmente diferente al actual. Segarra envía un mensaje de tranquilidad: «Estoy mucho más convencido de que el alumnado ya está preparado para ir a la escuela que los padres. Los estudiantes se adaptan a todo como esponjas y yo diría que la totalidad tenían ganas de volver, y se harán a la situación mucho antes de lo que podríamos pensarnos».
La jornada pondrá a prueba las medidas implantadas para reducir al máximo el riesgo de contagios de covid-19. En general en Cataluña, la distancia se tendrá que mantener en todo momento fuera del grupo de convivencia estable. En un primer instante se dijo que la mascarilla no sería obligatoria en estos grupos pero finalmente lo será a partir de los 12 años y de los seis en aquellos territorios donde la situación epidemiológica lo recomiende. Sin embargo, el Procicat estableció esta semana que a partir de los seis años se tendrá que llevar la mascarilla como mínimo las dos primeras semanas de curso. Pasadas las dos primeras semanas, se revisará la obligatoriedad y se decidirá en función del territorio y del estado de la pandemia. Las salidas al patio se harán por turnos y manteniendo la distancia o con mascarilla. En este sentido, Segarra recuerda que «muchos centros, por ejemplo en Reus casi todos, han mirado los espacios públicos a su lado y los podrán utilizar con el fin de separar los grupos y no tener que hacer dos o tres horarios de patio».
Dispensadores de gel, circuitos específicos y más accesos a los edificios acabarán de integrar el nuevo escenario. El director de los Servicios Territoriales de Educación concreta que «los centros se abrirán un poco antes a fin de que no coincidan todos los padres y los alumnos en una misma franja y pienso que en tan sólo 20 minutos se podrá entrar», y añade que «lo más importante es que todo el mundo sepa cuál es su hora y que haya una disciplina». Una vez ya dentro, «tendrá que haber mascarillas, marcar bien los lugares mde flujo en los pasillos, geles, pantallas para la 'atención al público». El servicio de comedor se ofrecerá, por norma, en turnos, y en mesas separadas por grupos de convivencia o con distancia de una silla. En el aula, la recomendación es que los grupos tengan una ratio de 20 alumnos y «habrá una pizca más de espacio entre alumnos, sobre todo a infantil y primaria».
Casos vulnerables
Sobre la desazón de algunos padres y madres en relación al arranque del curso, y sobre la decisión de una parte de no llevar a sus hijos a la escuela, Segarra explica que «tenemos que diferenciar muy bien a aquel alumno que realmente es vulnerable porque tiene una patología clínica determinada, y si es así se hará un análisis de su situación». «Para los otros que ahora tienen miedo», se pregunta, «la alternativa sería estar un año en casa»?. El director de Educación en Tarragona dice que «hace falta que confíen en la escuela, potenciar el efecto del palo de pajar y que entre todos nos ayudamos a coger la rutina».
Este curso, en el Campse ha visto una ligera bajada de alumnos a infantil y a primaria, y un aumento a secundaria. Eso se explica «por el famoso baby boom del 2006, de antes de la crisis, que ya está llegando desde hace un par de años a secundaria, y porque en los últimos 10 años ha bajado la natalidad». Sobre si ha habido menos matriculaciones en la etapa no obligatoria de cara al 2020-2021 por el miedo a la covid, Segarra dice que podría ser. La plantilla de docentes es de 9.120, con 423 contrataciones.
Segarra defiende que las escuelas e institutos se encuentran preparados para reaccionar ante posibles contagios y dice que «hay un protocolo muy claro» y que «habrá un gestor covid encada centro». Incluso, apunta, «si se diera un posible caso, Salud ha preparado equipos móviles para desplazarse a los centros y hacer los tests en el lugar» y «si se tiene que confinar parcialmente algún grupo estable, se hará». Segarra explica que «si se llegara a la situación de cerrar, ponemos por caso, una parte de una ciudad, los centros permanecerán abiertos» porque «como hay comedores y hay becados para comer, podrían funcionar sólo por eso» y «siempre estarían abiertos para acoger a los hijos de los progenitores que son servicios básicos del país». «Ni en confinamiento se cerrarían los centros», concluye.
Con síntomas, en casa
Salud y Educación han establecido un protocolo covid. Este marca que no se puede acceder al centro con más de 37,5 grados. Los padres tienen que coger la temperatura a sus hijos en casa y se repetirá esta acción en el centro. En un primer momento se fijó en que tampoco se podía ir con alguno de estos síntomas: dificultad para respirar, dolor de garganta, congestión, dolorde barriga, vómitos o diarrea, dolor de cabeza, malestar o dolores musculares, así como si se tienen escalofríos o se nota una alteración del gusto y el olfato en el caso de mayores de 14 años. Finalmente, sin embargo, el dolor de garganta y el resfriado nasal se considerarán síntomas si se combinan con la fiebre o con otras manifestaciones de la covid-19.
Si los síntomas se presentan una vez el niño ya está en la escuela, se lo llevará a un espacio de uso individual y se avisará a la familia para que lo lleve al CAP. El objetivo es realizar una PCR en 24 horas y, en caso de dar positivo, se pondría en cuarentena de 14 días todo el grupo estable, a quien también se haría PCR. Los alumnos no podrán ir a la escuela si las personas con quienes conviven están en aislamiento, conviven con un caso positivo o son un contacto estrecho de uno. En los centros, los directores son los responsables de organizar las actuaciones y cada escuela o instituto tendrá asignado un miembro de atención primaria y un centro. Y con respecto a los docentes, se imponen las reuniones telemáticas y sólo puede haber presencialidad si es imprescindible y sin superar a los 10 participantes.